La abstención en la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero que, en catalán y en euskera, verbalizaron ayer los diputados de CiU, PNV, EA y Nafarroa Bai (Na-Bai) está preñada de esperanza y buenos augurios. Especialmente optimistas se mostraron los nacionalistas catalanes, quienes expresaron su convencimiento de que la oferta de diálogo del ya presidente del Gobierno desembocará en una intensa colaboración.

"Se abre un interesante escenario, donde los acuerdos son más que posibles", afirmó un diputado de CiU, mientras que otras fuentes nacionalistas apuntaban que, de los contactos informales con dirigentes socialistas, se deduce que el futuro Gobierno "quiere entenderse" con la federación en temas tan importantes como los presupuestos del Estado o política exterior.

La diputada de EA, Begoña Lasagabaster, y la de Na-Bai, Uxue Barkos explicaron durante sendas intervenciones en el pleno que, con su abstención, quedan "a la espera" de que Zapatero cumpla sus compromisos.

Lasagabaster pidió a Zapatero que aclarase si la "rectificación" que solicitó el jueves al PNV sobre el plan Ibarretxe era una petición o una condición para restablecer el diálogo con el de Vitoria. Zapatero le explicó después que su petición no es una "condición indispensable" sino un "llamamiento al diálogo".

Barkos, que se estrenaba como portavoz de Na-Bai (coalición navarra formada por PNV, EA, Aralar y Batzarre), abrió su discurso con unas palabras en euskera --que luego tradujo-- en las que proclamaba su voluntad de "exigir y colaborar" en "una nueva manera de hacer política" para "recuperar los valores democráticos y de convivencia". La diputada pidió a Zapatero que "rectifique" el pacto antiterrorista.