Llevamos unos días infernales. Vivimos constantemente el día de la marmota y estamos desmoralizados y desmotivados porque trabajamos en un caos permanente por la falta de medios materiales, humanos y de espacio. Estamos cansados de gestionar a diario una avalancha de pacientes». La queja procede de un profesional sanitario del servicio de Urgencias del hospital Royo Villanova de Zaragoza, que ayer volvió a vivir otra jornada «horrible» acentuada por problemas derivados de la falta de material y de personal para asistir a todos los pacientes. «La pasada noche --del domingo al lunes-- tuvimos que pedir almohadas y ropa por las plantas. No tenemos palomillas --material utilizado para la punción-- ni jeringas arteriales para atender a tanta cama y camilla en ambulantes y tampoco disponemos de espacio suficiente para los pacientes», añade este mismo sanitario.

Las quejas también alcanzan al Miguel Servet, donde «llevamos en situación de caos desde el 25 de diciembre», asegura un profesional de Urgencias del centro. La del domingo también fue una noche especialmente difícil y la situación no mejoró en exceso al alba. A primera hora de la mañana, todas las salas de observación estaban a rebosar y había cerca de una veintena de pacientes en el pasillo. «Puede que sea el día más caótico», aventuraba este sanitario. A pesar de la saturación, el personal no contó con refuerzos. «Nos hemos tenido que apañar entre nosotros a pesar de contar con 18 pacientes en saturación», indicaron fuentes del personal de enfermería.

MÁS PRESIÓN

A media mañana continuaba la alta presión asistencial con hasta 10 personas en pasillos debido a la falta de espacio en los boxes, que estaban llenos hasta arriba y con una separación escasa entre pacientes. Por su parte, las salas de observación también estaban completas, al igual que la destinada a Traumatología, donde había pacientes en espera compartiendo espacio con camas.

Las urgencias del Servet llegaron a registrar, el pasado 3 de enero, esperas superiores a las dos horas para ser atendido en triaje --en algunos casos por enfermeros en lugar de médicos ante la carencia de estos-- y de hasta cinco horas para recibir atención médica en el box.

Desde el hospital, actualmente a más del 100% de su capacidad, se asegura haber abierto, durante las vacaciones, camas reservadas a la actividad quirúrgica --muy reducida durante la Navidad-- en tres plantas del hospital Infantil y dos en el General, además de derivaciones al Militar, Provincial y San Juan de Dios.

En este sentido, el Salud asegura haber reforzado el personal del Servet «con 24 enfermeras y otros tanto auxiliares», además de haber incrementado, en festivos, la presencia de facultativos --internistas y neumólogos-- «para favorecer la atención y posibilitar altas».

En el Royo, por su parte, la situación no fue mucho mejor ayer. Al mediodía había cerca de 40 pacientes en reboxes --pacientes que quedan en boxes por la falta de espacio para ingreso--. «Estamos desbordados. Han tenido que traer enfermeros y auxiliares de otros servicios para reforzarnos», aseguraba uno de los profesionales, que lamentaba que la plantilla del centro hospitalario sea «muy inferior en número» a la del Clínico «cuando atendemos a la misma población». De hecho, ya se ha iniciado una recogida de firmas exigiendo la equiparación de este personal con el de otros centros.

Una posible solución sería «habilitar un servicio específico para ancianos crónicos en centros atendidos por geriatras» porque «no es de recibo que un anciano de 96 años con malestar general sea atendido con urgencia y uno de 40 espere cinco horas».