El personal del hospital Miguel Servet de Zaragoza denunció ayer un nuevo episodio de saturación en las Urgencias que se prolongó durante toda la mañana. El colapso, además, se produce con las tres salas de observación abiertas y reproduce una situación "nunca vista" en opinión de los trabajadores. "Hasta 55 pacientes están pendientes de ingreso y más de 20 esperan en camas, camillas y, sobre todo, sillas de ruedas", aseguraron, a primera hora de la mañana, fuentes del sindicato de enfermería Satse. A mediodía, las salas anexas a los boxes acogían alrededor de una decena de camas y otras tantas sillas de ruedas. La afluencia era superior a cualquier otro día.

El colectivo subraya especialmente la situación de los enfermos psiquiátricos, a los que consideran unos de los principales damnificados por los continuos episodios de saturación. "Al recortar camas en Psiquiatría no tienen dónde ingresarlos y los dejan en Urgencias durante muchísimas horas", indicaron fuentes del personal sanitario, que, en ese sentido, remarcaron que la espera de algunos de estos pacientes llegó a alcanzar las "147 horas". Según Satse, alguno de los enfermos que ayer sufrieron el colapso también pertenecían al área psiquiátrico. "Entre un 10% y un 20% de los que están en sala de observación son de Psiquiatría", incidieron desde las Urgencias del centro hospitalario de la capital aragonesa.

HABITUAL El colapso, en pleno julio y con el plan de choque para reducir lista de espera quirúrgica en marcha, provoca que la situación ya no sea "puntual", según los profesionales. "Se está dando todo el año, también en verano y aun con las tres salas de observación abiertas. Con todo eso, seguimos con pacientes en los pasillos, por lo que queda claro que se necesitan más profesionales para ofrecer cuidados de calidad, así como una mejor organización de la dirección del centro para que no se den estas situaciones".

Porque el personal denuncia que la escasez de efectivos obliga a mover "continuamente" en una misma jornada las adjudicaciones asignadas. "Una enfermera de Urgencia puede empezar el día en la sala 1, pero tiene que salir a los boxes si allí necesitan refuerzos, o en cuidados vitales o en triaje. Cuando hay mucho trabajo sacan a la gente de la sala de observación para ayudar en estas otras áreas", por lo que "hace falta más profesionales".

Sin embargo, desde el Salud se negó cualquier episodio de saturación en el servicio. "No se ha producido una saturación, sino que se ha detectado un repunte a lo largo de la mañana que, una vez se han ido produciendo altas e ingresos de pacientes, ha vuelto a la normalidad", aseguraron fuentes de la Administración sanitaria, que, además, recordaron que "están todos los recursos del hospital abiertos y disponibles, como son las tres salas de observación, desde el momento en el que se ha detectado un repunte de pacientes".

Este verano, el Salud ha reducido un 15% el cierre de camas en los hospitales aragoneses --de 550 el año pasado a 468 ahora--, aunque solo en el Miguel Servet, pilar básico del plan de choque y escenario de la mayor parte de intervenciones, la reducción es significativa.

De hecho, este centro deja de abrir este verano 95 camas frente a las 159 que clausuró el año pasado, lo que supone un 40% menos de cierre, ya que el Servet es el núcleo principal del plan de choque, al abrir nueve quirófanos adicionales y realizar 4.700 de las 9.260 intervenciones programadas en la pública.