De buenas a primeras, el uso de la carpa auxiliar del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza puede no resultar demasiado cómoda ni para el personal ni para los pacientes. Los primeros de ellos han de trabajar en un espacio que no es en el que se encuentran habitualmente por lo que deben de adaptarse a una nueva organización y gestión. En el caso de los segundos, los pacientes, adentrarse entre estas lonas verdes provoca frialdad e incluso un poco de inseguridad ante lo desconocido fuera de las paredes del propio hospital que, en comparación con la carpa, hasta resultan acogedoras.

A pesar de los primeros sentimientos que se tienen al entrar a esta carpa, diseñada para hacer frente a situaciones excepcionales como la que provoca actualmente el coronavirus, los sanitarios hacen que todo aquel que entre se encuentre a gusto y sobre todo seguro, debido a que su principal función es conseguir aliviar el servicio de urgencias, así como separar a los pacientes que lleguen con patologías covid de los no covid. Una situación que empezaba a ocurrir más de lo deseado en los hospitales aragoneses y que provocaba un gran malestar en muchos de los ahí presentes.

Ayer, los primeros pacientes comenzaron a llegar después de acceder a Urgencias de manera normal. Una vez allí, aquellas personas con patologías medicoquirúrgicas de carácter leve son derivados a la carpa para ser atendidos por el personal sanitario destinado a dicha instalación. Actualmente hay dos médicos, dos enfermeras, un técnico en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) y un celador, en turnos de mañana y tarde, que atienden de 8.00 a 21.00 horas todos los días excepto los sábados y los domingos.

Tras hacer tiempo en una sala de espera dotada de todo lo necesario y situada al margen del resto de carpas, los pacientes acceden a la zona principal que cuenta con un total de 400 metros cuadrados y está compuesta por 16 módulos y dos contenedores de ablución con baños y duchas. Dicho espacio podrá llegar a atender a unos 50 pacientes diarios. Así lo anunció el gerente del hospital Clínico, Ignacio Barrasa, que explicó que los objetivos que se quieren alcanzar con el funcionamiento de esta carpa es conseguir aumentar el espacio de urgencias para separar físicamente a los tres grupos de pacientes. Estos tres tipos a los que Barroso hace referencia están divididos en personas con una infección ya diagnosticada de coronavirus, pacientes que están en periodo de confirmación diagnóstica y, por último, el resto de pacientes que acuden a urgencias por cualquier otra patología.

Además, dicha instalación va a permitir gestionar y organizar mucho mejor el ingreso de los pacientes desde urgencias o las plantas de hospitalización, así como probar la funcionalidad de la carpa y entrenar al personal sanitario por si continúa la meseta de covid en la que se encuentra Aragón o para hacer frente a un posible aumento de casos de gripe. Es decir, se trata de una instalación que ha venido para quedarse en este párking porque, a situaciones excepcionales, medidas excepcionales