Meritxell Batet (Barcelona, 1973) se ha convertido en el comodín socialista. Amante de la danza (una lesión en el tobillo le hizo abandonar la danza clásica y la encaminó hacia el Derecho), tras interpretar varios papeles como solista -cabeza de lista de las generales en dos ocasiones y ministra de Política Territorial- tendrá que poner orden al baile del Congreso.

Hija de familia humilde, se pagó la carrera de Derecho estudiando de día y poniendo copas de noche en las discotecas Bikini y Nick Havanna. Tras licenciarse en 1995 siguió en la universidad, primero como profesora de Derecho Administrativo y luego como profesora asociada de Derecho Constitucional de la UPF. Los que la conocieron en aquella época no se sorprendieron cuando dejó la carrera universitaria para decidirse a dar sus primeros pasos en el mundo de la política.

En 1996, el director de su tesis, Josep Mir, le comentó que el entonces primer secretario del PSC, Narcís Serra, estaba buscando a alguien independiente en su equipo y allí dio sus primeros pasos en el partido de su admirado Felipe González. Tras pasar por la Fundación Carles Pi i Sunyer, en el 2004 José Montilla la animó a que saltara al Congreso como diputada en el año de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero.

En Madrid alaban su «catalanismo ponderado y racionalidad española». En las Cortes, entre otras muchas cosas, encontró en la bancada rival al que sería su marido, el exdiputado del PP José María Lassalle. Estuvieron casados 11 años y tuvieron dos hijas mellizas: Adriana y Valeria.

Sánchez la incorporó a su equipo y la llevó de número dos por Madrid en el 2015. Persona de su máxima confianza, el líder del PSOE confió en su capacidad de diálogo y de tender puentes al incluirla en el equipo que negoció los apoyos para la investidura. Tras la moción de censura a Mariano Rajoy, Sánchez volvió a apostar por ella como ministra de Política Territorial, con la misión de intentar contribuir al deshielo con la Generalitat. En los últimos comicios legislativos comandó el renacer electoral de los socialistas catalanes. Tras ese éxito en las urnas el pasado 28 de abril, si el Congreso lo avala, se convertirá ahora en la tercera autoridad de España.