Las estaciones de servicio sin personal han brotado como setas en los últimos años en España. Aunque en Aragón este nuevo modelo de negocio no se ha extendido tanto como en otros territorios, la comunidad ya cuenta con más de 40 gasolineras fantasma y la asociación regional de estaciones de servicio (Aesar) apunta que durante este año van a seguir abriendo más. El Ejecutivo autonómico modificó el pasado 30 de diciembre la ley de consumo para poner coto a estas gasolineras tras las críticas del sector, que venía denunciando la falta de seguridad o el servicio que estas instalaciones ofrecían a las personas con discapacidad.

Sin embargo, y a pesar del cambio legislativo, algunas de estas estaciones siguen sin cumplir la ley, que obliga a tener al menos a un trabajador mientras las gasolineras "permanezcan abiertas y en servicio". "La administración debe velar por que la cumplan y, que nosotros sepamos, no se están realizando controles", señala la presidenta de Aesar, Pilar Soto, que, eso sí, aplaude la modificación de la ley que impulsó la DGA.

Aragón no ha sido la única comunidad que ha legislado en este sentido tras el auge de las instalaciones autoservicio. Andalucía, Navarra, Castilla La Mancha, Murcia, Baleares y Canarias también lo han hecho. "¿No se quiere crear empleo? Esta es una buena forma de hacerlo", asegura Soto.

A lo largo de los últimos años, diversas fuentes del sector han denunciado estas gasolineras por ejercer "una clara competencia desleal". "Sus precios son más bajos, pero es por algo; no tienen coste de personal y algunas venden el gasóleo sin aditivos como el anticongelante o el antiespumante", indicaba esta semana el propietario de una estación de Zaragoza. Con todo, el sector ha centrado sus críticas en materia de seguridad. Así, denuncia que la inexistencia de empleados en estos negocios impide actuar ante una fuga de carburante, controlar si un cliente está fumando o cerrar un surtidor averiado, entre otras cosas.