"Aurora, me moriré un día delante de la televisión, de un anglicismo". La catedrática de la Universidad de Zaragoza, Aurora Egido, recordaba ayer, conmovida, esa divertida frase que el profesor Fernando Lázaro Carreter le había dicho en una de las correspondencias de trabajo que mantenían. "No fui alumna suya, pero para mí Lázaro ha sido un maestro", declaraba Egido de quien valoraba la gran facultad para la crítica literaria y textual, unida a una gran claridad expresiva: "Nos enseñó que lo más complejo y difícil se puede explicar con llaneza y con claridad. Era un gran heredero de Blecua, que sabía hacer fácil lo difícil", manifestó.

El académico José Manuel Blecua, hijo de quien fuera profesor de Lázaro Carreter en el Instituto Goya de Zaragoza, ("mi padre le quería muchísimo. Le conoció desde que era un niño"), declaraba ayer a este diario que la muerte de Lázaro ha sido "una gran pérdida, porque hoy ya no es posible que existan personas con esa formación". Blecua aclaró que Lázaro tenía "una enorme capacidad para ver siempre aspectos nuevos que nadie había notado, aunque habían pasado por el mismo texto miles de personas".

El catedrático natural de Magallón Juan Antonio Frago recordaba la última visita del maestro a su casa del pueblo hace ahora dos años, rodeado de su familia: "Aplicaba el principio de la naturalidad en la lengua, que está asentado por los humanistas en el siglo XVI". Todos le evocaban ayer como un sabio dotado de un gran sentido del humor.

"Se dejó la salud en la Academia", fue la gráfica frase con la que García de la Concha resumió el importante proceso de modernización que Lázaro Carreter efectuó en los siete años que estuvo al frente de esta institución.

Una idea que fue sostenida por muchos de los académicos, expertos y amigos del fallecido, como fue el caso de Miguel Delibes, quien consideró que el castellano le debe a Lázaro Carreter "un inmenso paso hacia adelante" y recordó que bajo su dirección "la Real Academia de la Lengua alcanzó la mayoría de edad".

En parecidos términos se explicó el director del Instituto Cervantes, Jon Juaristi, para quien Carreter, además de ser "una indiscutible referencia" en la Filología española, fue "un gran renovador de los estudios de teoría literaria".

El Rey envió un telegrama de pésame al director la Real Academia de la Lengua, mientras que el Príncipe de Asturias hizo llegar su condolencia a la familia del académico.