El consumidor existe, pero está en números rojos. Y eso que la confianza del ciudadano en la economía está experimentando una ligera mejoría y en el último año del que se tienen datos fiables el consumo había repuntado ligeramente. Pero desde luego sin comparación con el 2007, año precrisis a nivel nacional, y con el 2008, cuando en Aragón se saboreaban las mieles de la Expo.

Los datos que proporciona el Instituto Aragonés de Estadística ayudan a comprender los problemas a los que se ven enfrentados los hogares aragoneses para hacer la cuadratura del circulo, es decir, para llegar a fin de mes cuando las cuentas salen difícilmente. Cada hogar en la comunidad tiene unos gastos anuales de 28.566 euros de media. Pero los ingresos no alcanzan esta cifra, sino que se quedan en 26.241 euros anuales que recibe cada familia a lo largo del año. La operación matemática es fácil: hay 2.325 euros en descubierto, en números rojos en las cuentas de las familias que, si apenas pueden llegar a fin de mes, desde luego no tienen capacidad de ahorro.

MÁS GASTOS

La vivienda --con los gastos que ella conlleva en concepto de agua electricidad y combustibles-- suponen 9.502 euros al año, el grueso del total. Un epígrafe en los bolsillos de los aragoneses que se ha incrementado un 12% en cinco años --contabilizando los datos existentes, es decir desde el 2007 al 2011--. Y es el objeto, además, de las principales vías de reclamación de los consumidores en los últimos años, como las cláusulas suelo en las hipotecas o las últimas y constantes quejas por las subidas del recibo de la luz --no cuantificadas en estos datos--.

A pesar de ello, no obstante, del 2007 al 2011 el Instituto Aragonés de Estadística ya cuantifica un notable ascenso en los gastos de los aragoneses por este concepto, de 993 euros anuales a 1.357 euros. Es decir, un nada desdeñable 36% más.

Es precisamente frente a los bancos cuando el consumidor ha dejado de ser una figura meramente pasiva y se ha convertido en un aguerrido contrincante. Como muestra, las victorias en los tribunales respecto a las mencionadas cláusulas suelo o incluso en las preferentes.

Porque el consumidor, en el apartado de vivienda, no puede dejar de serlo --en algún sitio hay que alojarse-- y algo, aunque no mucho, se aprieta el cinturón en el consumo de comida, dado que apenas ha descendido el consumo de los 4.421 euros anuales del 2007 a los 4.310 del 2011. ¿De dónde se quitan entonces gastos los hogares en Aragón? Principalmente en transporte, con una reducción de los gastos en un 27%; y en ocio, espectáculos y cultura, donde los hogares han atajado el consumo hasta alcanzar una disminución del 17% en cinco años.

SECTOR CON MÁS QUEJAS

En comunicaciones, un sector que aglutina buena parte de las quejas que se tramitan oficialmente sobre todo por las prácticas de las compañías telefónicas, el gasto anual se ha mantenido prácticamente intacto con unos 910 euros anuales. Si este había sido hasta ahora el caballo de batalla de los derechos del consumidor, la lucha se ha trasladado en parte al terreno bancario, aunque se han incrementado notablemente también las acciones de concienciación sobre el uso de las nuevas tecnologías, sobre todo entre los más jóvenes.

Lo cierto es que la crisis ha creado a un nuevo consumidor, con menos margen de gasto, pero también más reivindicativo en la defensa de sus derechos. Y en este punto juegan un importante papel las asociaciones de consumidores como altavoz del malestar social.