Se hace raro pensar en la planta de Figueruelas sin el Corsa. Pero, a día de hoy, ese es el escenario que ha puesto encima de la mesa el nuevo propietario de Opel (PSA) debido al bloqueo en la negociación del convenio colectivo. Eso sí, pase lo que pase, el modelo estrella de la marca alemana será siempre aragonés. Por más que en un futuro abandone la fábrica zaragozana y se ensamble en otro territorio.

Después de tantos años, las raíces aragonesas se han adueñado de todos los componentes del vehículo. A fin de cuentas, Figueruelas ha fabricado casi todos los Corsas que han circulado o aún circulan por el mundo: desde 1982, cuando se produjo el primero en la planta zaragozana, se han fabricado más de 13 millones de unidades y más de 10 millones se han ensamblado en Figueruelas.

De hecho, la factoría aragonesa se construyó específicamente para producir el primer coche pequeño de Opel. Y ahora es la única planta del grupo que lo ensambla junto a la alemana de Eisenach, cuyo nivel de producción de Corsas es muy inferior. Basta recordar las cifras de producción del año pasado para comprobar la importancia que tiene este modelo para Figueruelas: la factoría aragonesa ensambló en el 2017 un total de 382.000 coches; 196.000 fueron Corsas. Es decir, si PSA se lleva el modelo, más de la mitad de Figueruelas está en riesgo.

Actualmente, la planta zaragozana, que ha sido la de mayor producción de Opel en Europa gracias al Corsa (la fábrica ha llegado a suponer el 40% de la producción total de la marca en el viejo continente) está fabricando la quinta generación del modelo. La sexta debía comenzar a fabricarse en exclusiva en Zaragoza a finales del 2019. Así al menos lo anunció el anterior presidente de Opel Europa, Karl Thomas Neumann, en mayo del año pasado durante una visita a Figueruelas a la que también asistió el máximo responsable de PSA, Carlos Tavares.

Sin embargo, tras la compra definitiva de Opel por parte de PSA en agosto, el plan de adjudicación quedó en stand by a la espera sobre todo de la negociación del plan de competitividad con el que el grupo francés quería reducir los costes de Figueruelas y equipararlos a los de la planta de Vigo.

El resultado de esta negociación ya se conoce: un bloqueo total que ha desencadenado la amenaza de PSA de llevarse el Corsa de Figueruelas y buscar nuevos emplazamientos.

Una dura competencia

La reacción en el sector no se ha hecho esperar. De hecho, según publicó ayer el Faro de Vigo, ya hay otras plantas de PSA que se están postulando para quedarse con el Corsa. Según el citado medio, serían la propia fábrica gallega, que el grupo galo lleva meses poniendo como ejemplo de reducción de costes, la de Madrid y la de Kénitra (Marruecos) las que estarían ya moviéndose para fabricar la nueva generación del Corsa.

Todas ellas podrían hacerlo porque compartirán la nueva plataforma CMP (segmento pequeño y mediano) con Figueruelas. También la nueva factoría que PSA está levantando en Kénitra y que se prevé que estará operativa a comienzos del 2019.

Cuando estaba en manos de GM, Figueruelas era una de las plantas europeas de Opel más rentables y productivas, pero ahora debe competir con las factorías de PSA.

Sea como sea, desde el comité de Figueruelas se confía en que la decisión sea reversible. Como dijo ayer un trabajador de Opel España, quizá el Corsa se podrá fabricar más barato en otra factoría, pero no mejor.