No es ningún secreto que la ejecutiva de Interpeñas está permanentemente cuestionada desde hace tiempo por algunos de los que integran la asamblea y que, consideran, que el modelo actual está caduco y urge renovarse. Las discrepancias con el Ayuntamiento de Zaragoza, que algunos consideran una persecución desde hace tiempo a su actividad, no eclipsan las dudas o duras críticas que, estos días, se han incrementado. La de ayer fue la gota que colmó el vaso para quienes discrepan de la cúpula que dirige Braulio Cantera. Su última reelección ya salió con un ajustado margen de 14 votos a favor y 12 en contra, y estar sin pabellón propio, aunque solo sea por unos días, ha hecho que algunas se estén planteando negociar por su cuenta la instalación en algunos de los grandes recintos. Ir de la mano de Pam Hosteleros en el concurso del Párking Norte y perderlo ha hecho elevar el tono de las críticas y ahora se cuestiona hasta el modelo casi fundacional.

Ser peñista representa para los 12.000 que hay en Zaragoza el abono de unos 150 euros anuales (si no más) y aparte de la actividad de todo el año, muchos siguen en activo casi por tradición y otros muchos por tener al alcance la diversión asegurada en las Fiestas del Pilar a un coste muy bajo. La gratuidad esos días bien merece una anualidad como esa. Pero, ¿y si no hubiera pabellón propio? El malestar es el heredero natural de la actual incertidumbre. Y las redes sociales están que arden desde hace meses.

Las críticas al cartel de actuaciones, a las decisiones «sin consultar» o a las apuestas con empresas como Pam Hosteleros, aunque solo sea por un año como sucedía en este 2018, no gustan a todos. Y quizá el próximo viernes sea la hora de medir el estado de ánimo de una masa social que ha caído en picado en los últimos años. Ha sido imposible conseguir datos oficiales pero hasta el propio presidente de Interpeñas, Braulio Cantera, admite la disminución. Por la crisis, aseguran, que ha sacudido con dureza en los últimos años a las economías domésticas.

De 20.000 a solo 12.000

Otros consideran que tras este descenso se esconden las discrepancias de quienes manejan el barco. Hace 34 años que surgieron, de la mano de cuatro peñas (Adebán, El Bullizio d’Aragones, El Almuerzo y Vaquillera) para crear la federación y con un presupuesto de 500.000 pesetas (3.000 euros) programar orquestas y animación infantil. Su historia «representa el triunfo de las fiestas populares en Zaragoza». En su 25 aniversario había «casi 20.000 peñistas» y su presupuesto ya era de cerca de 2,5 millones de euros (416 millones de pesetas). No lo dice este diario, lo dice su web. Hoy el censo es de 12.000, como sí reconocen ellos, un 40% menos.

Así que entre lo que piensan unos y lo que dicen otros deberán resolver el dilema que se les presenta ahora. Intentar que el 2018 no sea una excepción en sus 34 años de historia en la ciudad. «No somos un complemento al programa festivo, somos el motor de las fiestas. No hay más que darse una vuelta por su pabellón para comprobarlo», reza en la web oficial. ¿Y si no hay?

Sus primeras verbenas en Pilares fueron en un pabellón en la avenida de San José, «no tenían un programa común y había distintas alternativas», dice la web. Eran otros tiempos...