La Guardia Civil arrestó sobre las tres de la madrugada de ayer al presunto responsable del asesinato a tiros de los guardias civiles Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero, y de José Luis Iranzo, el conocido sindicalista y ganadero nieto del Pastor de Andorra, en una finca de este último en la localidad. Le arrestaron andando por la carretera que une las localidades de Mirambel y Cantavieja, ya cerca del límite provincial con Castellón, adonde había llegado al volante de la pick-up verde propiedad de Iranzo. El arrestado es Norbert Feher, un serbobosnio de 36 años y exmilitar.

Pero también un peligroso criminal, que ya contaba en su haber con al menos dos asesinatos en Italia, donde le buscaban sin éxito desde el pasado mes de abril, y que ya pasó ocho años en prisión en el país. Esta es la información proporcionada ayer por la Guardia Civil, antes de anunciar que el caso está bajo secreto de sumario y no se van a dar más datos sobre el mismo.

Con el arresto de Feher, conocido como Igor el ruso, que se supone que es también el responsable de los balazos que dejaron malheridos a otros dos vecinos de Albalate, el pasado día 5, la zona respiró más tranquila en cuanto a su seguridad. Pero también conmocionada por el cruel asesinato de los agentes y el vecino de Andorra, que ayer recibieron muestras de apoyo de todo tipo, incluida la visita del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, a la capilla ardiente de los agentes.

Ante el silencio informativo judicial, siguen pendientes de aclarar varios puntos del suceso. Por ejemplo, el motivo exacto por el que los agentes e Iranzo estaban en el Mas de El Saso, una de las dos fincas colindantes de la familia, más alejada de la carretera. Ayer por las localidades aún circulaban varias versiones contrapuestas.

Por ejemplo, que Iranzo estuviera orientando a los agentes en sus terrenos, dentro del operativo de búsqueda del autor del ataque del pasado día 5. Así lo apuntaba algún pariente lejano de la víctima. Fuentes del instituto armado corroboraban que, dada su condición de dirigente sindical agrario y vecino de la zona, era un activo colaborador del Seprona y los equipos ROCA (contra los robos en el campo) de la Guardia Civil, a los que pertenecían Romero y Caballero.

Otros apuntaban sin embargo que habría sido Iranzo quien habría solicitado la ayuda de la Guardia Civil, dentro de este operativo, al encontrar la puerta de su finca cerrada, en lo que sería una repetición del incidente previo en Albalate. Una variante de esta era que les avisó porque vio algo sospechoso en una de las dependencias de la finca.

Sea como fuere, los investigadores consideran que Feher tiroteó a los tres, dejándoles malheridos. Llevaban chaleco antibalas, pero eso no impidió que recibieran impactos en las piernas y el abdomen, eludiendo el chaleco. La técnica empleada en la ejecución fue, de hecho, uno de de los puntos que confirmó que el fugitivo tenía formación militar.

Aun malheridos, al parecer fueron los propios agentes quienes pudieron dar aviso del incidente, que motivó que el Centro Operativo de Servicios (COS) avisara a todas las patrullas disponibles a las 19.00 horas y los sanitarios se desplazasen a la finca, a la que se accede a través de la del Ventorrillo, también de la familia y contigua a la carretera.

Los heridos fueron trasladados al centro de Salud de Andorra, pero terminaron por fallecer ante la gravedad de las heridas de bala recibidas.

NO COLABORA / Según coincidieron varias fuentes, hasta que la investigación concluya, los únicos que saben qué ocurrió exactamente en la finca son los fallecidos y el propio Feher. Y este, pese a que al parecer no opuso resistencia a su arresto, no está colaborando nada en el esclarecimiento de los hechos, según fuentes cercanas a la investigación.

Mientras los heridos eran trasladados y atendidos, los investigadores consideran que Feher, tras haber robado las dos pistolas de los agentes, tomó el coche de Iranzo, la citada pick-up verde, y se dio a la fuga. De hecho algunos vecinos vieron el coche por la zona y les extrañó ver el mismo modelo sin la víctima al volante.

Mientras se fugaba, la Guardia Civil comenzaba a bloquear las carreteras, particularmente en los límites provinciales, lo que conocen como operación jaula, para impedir la fuga del delincuente. Posteriormente, una vez que le fueron ubicando, comenzó la operación cerco, con la incorporación de la Unidad Especial de Intervención (UEI) y el Grupo de Acción Rápida (GAR), unidades de élite especializadas en lidiar con delincuentes peligrosos y armados como era el caso de Igor el Ruso, cuyo retrato robot comenzó a distribuirse entre los equipos.

Finalmente, el despliegue dio sus frutos y, apenas ocho horas después del tiroteo, el autor era detenido. Sobre este extremo había unanimidad entre las fuentes consultadas en que sufrió un accidente y se salió de la vía con el coche, y en que no opuso resistencia a su arresto, pese a llevar tres armas encima (las de los agentes y la que usó para matarles). Pero unas versiones decían que le encontraron en la carretera, huyendo a pie, y otras que estaba desvanecido o dormido cerca del todoterreno.

Los agentes trasladaron al detenido a la Comandancia de Teruel, donde al tomarle las huellas comprobaron que se trataba del fugitivo, sobre el que las autoridades italianas habían cursado una Orden Europea de Detención por sus crímenes allí. De hecho, la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela le comunicará formalmente mañana esta imputación, un trámite legal que, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, se hará por videoconferencia. Esto no impide que tenga que prestar declaración en el juzgado de Alcañiz (probablemente mañana) y que primero tenga que rendir cuentas en España antes de ser procesado en Italia.

Las condolencias por los agentes e Iranzo se sucedieron en el día de ayer, y la capilla ardiente de los primeros, en Alcañiz, fue visitada por el ministro Juan Ignacio Zoido y el presidente Javier Lambán. Sus cuerpos llegaron después de serles practicada la autopsia, cuyos resultados no trascendieron, pero en cualquier caso la causa de la muerte parece evidente.

Además de la tragedia, los hechos de anteanoche sirvieron para reavivar la polémica de los bulos en redes sociales, que generaron pánico en Andorra al comunicarse tiroteos, atrincheramientos y muertes que no existían. En lo policial, el dispositivo de el jueves por la noche recibió felicitaciones unánimes, particularmente desde Italia, donde eludió a los agentes durante meses.