El Salón del Automóvil de Fráncfort inaugurado ayer se ha convertido en el más silencioso de la historia. En las presentaciones de las novedades del sector en una de las citas más importantes del calendario, los fabricantes han inundado los escenarios de coches eléctricos para el presente y, especialmente, para los próximos años. La creciente presión sobre el diésel está forzando a acelerar la llegada al mercado de los coches eléctricos de masas, que empezarán a complementar la gama actual a partir del 2020.

La industria alemana, la anfitriona del salón, mostró su apuesta decidida por intentar disputar el liderazgo de la nueva movilidad sin emisiones de gases a otros fabricantes convencionales franceses, japoneses y norteamericanos y, en especial, a Tesla. La marca dirigida por Elon Musk ha estado muy presente en los debates, aunque no disponga de estand en la muestra alemana. El lanzamiento en el 2018 de su nuevo coche más asequible Tesla Model 3 actúa como uno de los argumentos para que la industria convencional se ponga las pilas.

Los fabricantes alemanes se han convertido en un ejemplo de la reconversión del sector cuando las ventas de coches diésel han acentuado su caída tras el dieselgate de Volkswagen y los problemas o sospechas sobre otras marcas. El presidente del grupo Daimler, Dieter Zetsche, intercaló una cuña a favor de la industria alemana en medio de las novedades de modelos y prototipos eléctricos e híbridos: «Es importante mantener la confianza en la capacidad de innovación de la industria de automoción alemana», dijo el también presidente de la patronal europea de fabricantes.

EL DIÉSEL SIGUE VIVO

La solución para reducir las emisiones de óxido de nitrógeno y de dióxido de carbono pasa a corto plazo, según Zetsche, por una combinación en el mercado de los nuevos coches eléctricos, los híbridos y por seguir usando motores diésel y de gasolina. Junto a esas tecnologías, el gas seguirá creciendo con la apuesta de marcas como Seat, que centra su apuesta en esos modelos a la espera de que pueda contar con un primer vehículo eléctrico a partir del 2020.

El presidente de Volkswagen, Matthias Müller, anunció una inversión de 20.000 millones en desarrollar y producir la nueva gama eléctrica del grupo, que puede llegar a 50.000 teniendo en cuenta todo el negocio que generará en los proveedores.

Los fabricantes occidentales tendrán que competir con los chinos, que llevan la delantera en el coche eléctrico gracias al impulso del Gobierno de Pekín para reducir la polución en las urbes. El consejero delegado de Chery, Anning Chen, anunció la llegada a Europa del SUV Exeed TX, al que seguirán otros modelos.

Pero la apuesta eléctrica tiene riesgo. El presidente de Daimler avisó del recorte de la rentabilidad por la reconversión. En los nuevos Mercedes eléctricos de Mercedes, la rentabilidad a corto plazo será la mitad que la de los coches convencionales.