Las asociaciones vecinales de Zaragoza están en alerta ante el temor de no poder celebrar las fiestas de sus barrios. Entre el farragoso papeleo que se les exige -porque así lo obliga la ley- y que el área de Participación Ciudadana, según Cs, no va a firmar la autorización para la instalación de las carpas, los vecinos no saben si podrán celebrarlas.

Por si las cosas no fueran ya complicadas, se añade otro problema más, la prórroga presupuestaria. Que Zaragoza siga funcionando con las cuentas del 2018 provoca una suspensión inmediata de las subvenciones que el consistorio otorga tanto al tejido vecinal y asociativo como social.

Con estos ingredientes las entidades vecinales han empezado a ponerse nerviosas, porque sienten que tienen las manos atadas y porque no pueden comenzar a organizar ningún evento sin dinero.

El concejal de Cs, Alberto Casañal, ha preguntado en más de una ocasión a la concejala de Participación, Elena Giner, qué alternativa baraja para poder autorizar la instalación de carpas en Miralbueno y Santa Isabel. Y por ahora nada se sabe.

La concejala decidió no firmar ninguna nueva autorización después de que fuera citada a declarar como investigada por un presunto caso de prevaricación ante el juez de Instrucción número 8 de Zaragoza por la contratación de carpas portátiles. El origen de esta denuncia se remonta a julio del año pasado, cuando el PP presentó ante la Fiscalía una denuncia por un presunto caso de «prevaricación y fraude». Desde el PP denunciaron que, mientras que en el 2015 se giraron 4 por un importe de 9.693 euros, en el 2016 ascendieron a 21, por un valor de 53.531, y en el 2017 fueron 38 y por 105.974 euros. Hasta julio del 2018 ya eran 5 facturas por 15.241 euros.

Los conservadores pusieron en duda que 61 contrataciones fueron a parar a un mismo empresario, Aragonesa de Carpas (Aracaparas), por un importe de 174.746 euros. Para los populares, este volumen de facturas puede significar que se están «troceando» los contratos para eludir el control de la Intervención municipal.

Para evitar que los barrios rurales se queden sin fiestas, optó por que sea la sociedad Zaragoza Cultural la que saque a concurso la instalación, mantenimiento y desmontaje de las carpas. Se trataría de un único concurso que no incluye las de Santa Isabel y Miralbueno, según explicó Casañal, que aseguró que los vecinos de estos barrios «se merecen claridad sobre este asunto y, sobre todo, una solución que no suponga boicotear estas fiestas». Giner no hizo declaraciones al respecto.

Mañana se debatirá en el pleno municipal una moción presentada por la formación naranja en la que instará al Gobierno de la ciudad a que actúe y solucione la situación actual y garantice las fiestas en los barrios.