Las elecciones al parlamento europeo han quedado relegadas a un segundo plano en la campaña actual. Sin embargo, Ciudadanos organizó ayer un acto en el centro de Zaragoza para inaugurar una carpa hinchable en el que invitaron al candidato al Parlamento Europeo, Jordi Cañas junto al aspirante a la presidencia de la DGA, Daniel Pérez y la candidata a la Alcaldía de Zaragoza, Sara Fernández. «El reto del nacionalpopulismo necesita respuestas», afirmó el hasta ahora diputado en las Cortes catalanas.

Cañas consideró que el auge de partidos contrarios a la construcción europea es un reflejo de una «situación de crisis de valores políticos» y que también se debe a la «crisis de representación política» de los partidos tradicionales, todo unido a la falta acuerdo en la lectura de algunos problemas que afectan directamente a los ciudadanos como son la inmigración, la identidad y el futuro económico. Con estas premisas garantizó que Ciudadanos busca «hacer un buen diagnóstico» de forma que puedan «combatir el nacionalpopulismo».

En un acto ante unos cuarenta afiliados, la abogada gitana Sara Giménez (recién elegida diputada por la provincia de Madrid) recordó que en las instituciones europeas «han empezado a temblar» los cimientos sobre los que se han levantado «derechos fundamentales». Por eso prometió «firmeza» a la hora de rechazar cualquier tipo de fobias.

El partido quiso lanzar esta reflexión sobre la elecciones europeas en un punto clave de la campaña al considerar que allí se dirimen «asuntos clave» para el discurrir de la comunidad. Citaron aspectos como el corredor logístico que debería unir el Cantábrico con el Mediterráneo pasando por Teruel, la recuperación de la conexión ferroviaria con Francia a través del túnel de Canfranc o la instalación de fibra óptica en los núcleos rurales. «Todos están ligados a la financiación comunitaria», recordaron.

«MAREA NARANJA»

Por su parte, el candidato a la DGA, Pérez Calvo, aseguró que cada vez más aragoneses «son los que se suben a la marea naranja» convencidos de que Ciudadanos es «la única opción posible para el cambio en las principales instituciones aragonesas». Por eso confío que la presencia en un espacio tan relevante de la ciudad sea un revulsivo a la hora de decantar a los más indecisos. «Cada vez más personas nos dicen que les estamos convenciendo», expresó.

También consideró necesario un «cambio político» en la capital aragonesa la candidata a la alcaldía, Sara Fernández. «Solo Ciudadnos representa el voto útil para acabar con el gobierno de los socialistas y populistas en Zaragoza», auguró al considerar que su programa permitirá «modernizar y renovar la ciudad».

Fernández criticó que los últimos dirigentes políticos en Zaragoza se han centrado «en proyectos para inaugurar y cortar cintas», olvidándose «el mantenimiento de la ciudad y la mejora de los servicios públicos». Algo que piensa revertir en cuanto llegue a la alcaldía. «Tenemos un proyecto positivo y muchas ganas de explicarlo a la ciudadanía», dijo.