Este diario llevó a cabo su debate entre los principales candidatos a las municipales. Si he de serles sincero, estuvo movido e incluso entretenido, aunque se habló mucho del pasado, que es justo lo que no querían en EL PERIÓDICO (de ahí que el moderador de la función, el director Nicolás Espada, se aplicara una y otra vez a reconducir la conversación). Pero bueno... mañana se celebra el de las autonómicas. Y tampoco será esta la última puesta en escena destinada a la confrontación de programas y argumentos. En un acuerdo de última hora, casi agónico, el actual alcalde, Pedro Santisteve (ZeC), y quien ha sido durante todo el mandato su principal oponente, Jorge Azcón (PP), han aceptado un exclusivo cara a cara entre ambos, que se ha convocado también para mañana y retransmitirá la SER.

Pelear contra sí mismos

Es dudoso que los protagonistas de la vida municipal de Zaragoza durante estos cuatro años sean las figuras principales del inmediato futuro. Pero seguramente Azcón quiere presentarse como la única alternativa a las izquierdas (y así evitar ser superado por Cs) y Santisteve intenta reforzar su imagen para que los de Podemos tampoco le mojen la oreja.

La campaña, con todos sus rituales, se ha transformado en un ejercicio soterrado de cálculo electoral. Los partidos pelean contra sí mismos, contra sus propias expectativas. El PSOE necesita volver a gobernar y quiere recuperar la Alcaldía zaragozana. El PP aspira, por encima de todo, a ganar la batalla de las derechas eludiendo el sorpasso de Cs y quedando en condiciones a) de coger presidencias o alcaldías allí donde los partidos conservadores logren la mayoría, o b) de ser los jefes de la oposición donde no lo consigan. Ciudadanos, a su vez, quiere lo mismo que el PP, pero siendo ellos los que vayan por delante. Vox, que ya vio frustrarse sus ambiciosos objetivos en las generales, teme ir cuesta abajo. Podemos, las plataformas tipo ZeC, CHA e IU (juntos o por separado) se esfuerzan para situarse el primero a la izquierda del PSOE, entrar en juego (superando el 5% en municipales y el 3% en autonómias) y quizás ser decisivos a la hora de pactar gobiernos. El PAR se conformaría con estar y poder volver a ser bisagra, aunque fuese en formato mini.

Si no alcanzan las respectivas metas, no ganan. ¿De que le sirve a Cs, por poner un ejemplo, seguir siendo el segundo por la derecha, aunque suba en votos, diputados o concejales.

Para ganarse al votante

Las y los votantes también calculan cómo votar de la manera más útil y más próxima a sus intereses. Y para animar a sus parroquianos y a los indecisos, los partidos acuden a todo tipo de argucias comerciales.

El PSOE, en cuya campaña ha tenido mucho que ver una de sus jóvenes promesas, Raúl Oliván, se ha dirigido por carta a cada elector. Las misivas interpelan al destinatario por su nombre de pila, le ofrecen diversos datos económicos y sociales del mandato de Lambán (estableciendo comparativas obviamente favorables con el anterior de Rudi) y le informan de asuntos de su interés particular. A los jóvenes les hablan de estudios, becas y oportunidades laborales. A las siguientes franjas de edad, de enseñanza, medio ambiente o fiscalidad. A los mayores de 65 años, de sanidad, residencias de mayores y dependencia. De lo más eficaz que se ha visto últimamente.

Eficacia que quizás no tenga la obsesiva presencia de Vox en las redes, donde sin embargo ya no se percibe la presencia de los bots que actuaron masivamente en la campaña de las generales. Abascal, el jefe, anda lesionado por una rotura de fibras en el gemelo. Pero cuelga en Instagram fotos suyas levantando pesas, bajo la advertencia «Cojo sí, pero manco no». Muy cachas... y muy depiladito. En vez de un machomán parece un metrosexual. ¡Ay!