La cúpula nacional de Vox exhibió ayer su apoyo «sin fisuras, sin matices, sin ambages» a la dirección de Zaragoza ante los últimos incidentes que han acabado con la expulsión de una veintena de afiliados. Un respaldo público del diputado nacional por Zaragoza, Pedro Fernández, que agradeció el presidente provincial, Santiago Morón. «Para nosotros es muy importante este apoyo», afirmó, antes de quitar importancia a los incidentes, que a su juicio «suceden en todos los partidos». «Existe una disciplina de partido y aquellos que no cumplen con los estatutos tienen que ser sancionados», añadió.

Fernández, junto con el secretario general del partido, Javier Ortega Smith, visitó ayer Zaragoza para asistir a la entrega de despachos en la Academia General Militar, y por la tarde asistieron a una serie de reuniones con los diputados autonómicos, comarcales y concejales de Vox en Zaragoza para diseñar «las estrategias» y «reestructural el trabajo» de cara a los próximos meses, según expuso Morón.

CIERRE DE FILAS

La visita sirvió para cerrar filas ante la revuelta interna que, como publicó este diario, se desató a raíz del expediente al vicepresidente provincial, Ernesto Pinilla, y las quejas de un grupo de militantes por la falta de transparencia. Unos reproches que acabaron en una trifulca durante una reunión en el restaurante Las Tres Carabelas, a finales del pasado mes de junio, tras la que una veintena de ellos han sido dados de baja de afiliación. Unas informaciones que para Fernández suponen un intento de «distorsionar» la formación, que están «condenados al fracaso», afirmó.

Ortega Smith, por su parte, aseguró, sobre la situación del Ayuntamiento de Zaragoza, que en él, como en otros, Vox «no pondrá alfombras, ni será muleta ni dará cheques en blanco» a ningún partido, para no «traicionar» a sus votantes, porque ellos han llegado para «cambiar la política». «Si Vox tiene capacidad de Gobierno, la ejercerá», expuso, pero si no, «no vamos a calentar sillones».

Sobre las quejas a nivel local por el aumento de las concejalías y estructuras municipales, explicó que la solución será «muy fácil», pasando a constituir la oposición, pero de forma «leal».

«Cuando llegue el momento de las votaciones, se votará en contra de todo lo que suponga aumento de gastos superfluos o creación de organismos que no vayan en beneficio de la ciudadanía», explicó. «Y si nos acusan de crear inestabilidad, les explicaremos que nada hace una institución más ingobernable que no actuar contra derroches, amiguismos y chiringuitos», zanjó el secretario general de la formación ultraderechista.

Ortega Smith insistió en que su objetivo es «frenar el avance de la izquierda», que a su juicio ha demostrado ser «enemiga de España», al buscar gobiernos con «independentistas, terroristas y totalitarios, de esos que quieren convertir España en un Estado bolivariano o iraní», expuso.

Situó como ejemplo de mala opción de alianzas a la ciudad autónoma de Melilla, con lo que aprovechó para criticar a Ciudadanos, por haber elegido, frente a apoyar a un partido con «amplio respaldo» como Vox, aliarse con «la izquierda, con el PSOE y el partido de los musulmanes promarroquís». En lugar de hacerlo con un partido que defiende «la integridad de las fronteras y el Derecho constitucional» como Vox, zanjó el secretario general de la formación.