El presidente de la Unión de Consumidores de España (UCE), José Ángel Oliván, destacó que el acuerdo político alcanzado en el Senado es "muy positivo" pero muestra su cautela por el añadido de tener que valorar la demanda potencial para ampliar la oferta a Zaragoza y tener parada. "Es una manera de quitarse el problema de encima. No hay demanda cuando no existe oferta", aseveró. Y es que el problema, lo que genera desconfianza es saber cómo va a medir Renfe o el Ministerio de Fomento el interés comercial que puede suscitar obligar a que se detengan en la estación de Delicias los convoyes de alta velocidad entre Madrid y Marsella o, más adelante, los que enlacen con Lyon, París o Toulouse. O anticipar la salida que ahora se da en Barcelona.

Por eso no es de extrañar que excluir a Zaragoza del eje España-Francia sea solo una "excusa" de Fomento y la empresa operadora ferroviaria. "Deberían hacerlo al revés, poner la oferta para Zaragoza y si, pasado un año, ven que no funciona, quitarla", destacó Oliván.

Este es el principal motivo por el que desde la asociación de consumidores se entiende como un agravio a Aragón la oferta actual, porque convierte a Zaragoza "en una ciudad de segunda categoría para Renfe". Por eso "lo importante es entrar".