La defensa de la vigencia y la utilidad del Estatuto de Autonomía de Aragón cuando se cumplen exactamente diez años de la entrada en vigor de su reforma y la reivindicación del saber, el modo de vida y el talento de los aragoneses han marcado la celebración hoy del Día de Aragón.

Como cada 23 de abril, día de San Jorge, el Palacio de La Aljafería (de la Alegría en su original significado árabe) ha acogido el solemne acto de celebración del día de la comunidad, organizado de forma conjunta por el ejecutivo y el legislativo y que ha reunido en el Patio de Santa Isabel a ciento de personas de la vida política, cultural, social y económica de la tierra.

Que por primera vez han compartido espacio con 300 ciudadanos que solicitaron acudir y que representan, ha dicho la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, la intención de la institución de que los aragoneses se sientan de nuevo "reconocidos" en las Cortes.

Ha comprometido su esfuerzo para hacer política "desde la cercanía, la sencillez y la ejemplaridad y de habilitar fórmulas para facilitar esa participación y "recuperar el protagonismo de la ciudadanía".

En su discurso, el presidente del gobierno, Javier Lambán, ha invitado a todos los aragoneses a "ser militantes" de un Aragón "solidario y moderno", orgulloso de sí mismo pero con vocación de universalidad, "suave, culto y refinado", y a hacerlo "sin lloros ni lamentos".

Ha dicho que el principal recurso con el que cuenta Aragón para conseguir sus retos es el capital humano. Personas con talento a quienes ha emplazado a ejercer "con ímpetu" una militancia aragonesista activa y comprometida y a ponerse al servicio de un "proyecto colectivo".

Y ha invitado a los aragoneses a estar orgullosos del Estatuto de Autonomía, a cumplirlo y a "exigir" su cumplimiento, pero también, ha recomendado, a ser "felices por todos los medios legalmente asumibles", como los libros.

De igual forma, Barba ha recurrido al Estatuto para decir "bien alto y bien fuerte" que Aragón y los aragoneses han de ser "dueños" de su destino y "reconocidos como agentes decisorios de su propio futuro".

Como presidenta del Parlamento, pero también como aragonesa, ha asegurado que no va a tolerar "los ataques que vienen sufriendo leyes nacidas de estas Cortes, como depositarias de una memoria colectiva y como primera institución de Aragón".

Y ha hecho un llamamiento a la ciudadanía, que no puede ni debe obviar la política, ha dicho. "Debemos asomarnos a ella, debemos participar de ella, debemos creer en ella", ha agregado.

En el acto, el exrector de la Universidad de Zaragoza (UZ) Manuel López ha recogido el Premio Aragón 2017 concedido por el ejecutivo autonómico, que ha hecho extensivo a toda la comunidad universitaria.

López ha aprovechado su discurso para reclamar una apuesta por los pactos de Estado por la educación, la universidad y la innovación porque ha dicho, "educación es lo mismo que decir ser humano". "Es "absolutamente necesaria para el desarrollo de los pueblos" y para "el progreso humano", ha agregado.

La Ronda de Boltaña, por su parte, ha recogido la Medalla de las Cortes de Aragón, un reconocimiento que los rondadores han agradecido, emocionados, y que han dicho aceptar en nombre del Aragón "diverso y único" que les sostiene y alienta.

La presidenta de las Cortes, Violeta Barba, ha considerado que la Medalla se ha entregado "a un sueño", a un "esfuerzo colectivo" que habla del valor de lo popular y ha asegurado que si La Ronda de Boltaña se ha hecho tan popular en sus veinticinco años de "compromiso cultural y social" es precisamente porque habla de las cosas que les pasan a los aragoneses, a quienes ha sabido llegarles "al corazón".

También ha sido premiado con la Medalla de la Educación Aragonesa el colegio Ramón y Cajal de Alpartir (Zaragoza). Al recoger el premio en nombre del centro, Carolina Cajal ha reivindicado el "empoderamiento" de los niños del medio rural, que ha permitido que se conviertan en "agentes de cambio".