En vela. Así pensaban pasar esta madrugada los alcaldes de los municipios de la ribera baja del Ebro, a los que, a última hora de la noche, les llegaba el turno para empezar a ver pasar la punta de la avenida, si bien muchos de sus campos de cultivo se encontraban ya inundados a causa de las filtraciones.

Entre tanto, la Guardia Civil ordenaba el desalojo de un grupo de chalés, localizados muy cerca del cauce del río, en una zona del término de Villafranca de Ebro conocida como El Tollo. "Allí viven cinco o seis familias", informaba anoche el primer edil del municipio, Roberto González (PAR). En Alfajarín y pese a no constar orden oficial, su alcalde, Francisco Verge (PAR), se curaba en salud y pedía a las 80 familias que viven en la urbanización Los Huertos que no durmieran esta anoche allí, "por si acaso".

Como buena parte del resto de ediles ribereños e independientemente de su afiliación política, en este tramo del Ebro también se clamaba ayer por la limpieza preventiva del río. "El agua está brincando la mota del pueblo, porque el cauce está muy sucio", decía González con evidente indignación. "A ver si, al menos, Belloch nos invita a ir en barco", en referencia al dragado que sí se acometió en Zaragoza.

El alcalde de El Burgo de Ebro, Miguel Ángel Girón (PSOE), que denunció no recibir información oficial alguna salvo por las llamadas que él había hecho "al 112", lamentaba que "cuando ocurre esto siempre decimos que hay que limpiar el río y luego nunca se hace nada". El primer edil de Osera de Ebro, José Luis Périz (PP), que dijo tener "miedo de que se nos revienten las motas", por lo que ayer el consistorio se afanaba en recrecer "algún trozo que estaba un poco bajo", comparó el cauce del río con "un vaso con arena que se intenta llenar de agua".

En Nuez de Ebro, cuyo alcalde, Antonio Gutiérrez (CHA), denunció que las cosechas "están totalmente perdidas", explicó que "un problema de filtración" obligó al ayuntamiento a "hacer un aliviadero, para que el agua discurra por una acequia". Al igual que los otros pueblos de la ribera baja, el casco urbano de Nuez --en este caso, cuenta, además, con el "muro" de la autopista--, no corre peligro.

Con todo, y según la alcaldesa de Pina de Ebro, María Teresa Martínez (PSOE), "la previsión es menor de lo que se pensaba". Lo más preocupante, sobre todo para los campos, es que "la punta durará 12 horas", añadió.