El histórico de grandes infraestructuras que se alargan en el tiempo y se encarecen está plagado de ejemplos en España. Y el desdoblamiento de la carretera nacional N-232 entre Figueruelas y Mallén no iba a ser una excepción. Las expectativas generadas en el momento de la adjudicación no se han traducido en un ritmo de ejecución acorde a lo pactado, y ahora se encuentra a medio gas en los 24 kilómetros a convertir en autovía. En el tramo que unirá Figueruelas y Gallur parece haber despegado de forma definitiva tras haber dado luz verde el Ministerio de Fomento a un borrador de modificado de proyecto que lo encarecerá el 9,8% que pedían los contratistas, un total de 3,9 millones de euros adicionales a los 41,5 por los que se adjudicó. En el de Gallur-Mallén, no está parada pero casi, porque ahora se está discutiendo otro modificado, el que plantea la UTE, que asciende al 50% sobre los 49,75 por los que se adjudicó en mayo del 2017. Y mientras se resuelve, avanza al ralentí.

Si se confirmaran las pretensiones de las contratistas en este tramo de poco más de 15 kilómetros, los trabajos acabarían costando cerca de 25 millones de euros más de lo esperado. La UTE, formada por la catalana Copisa y la andaluza Sando, han detectado multitud de imprecisiones en las mediciones y actuaciones a realizar y lleva más de un año intentando ajustar lo contratado a las labores que realmente deben realizar. Solo tiene un hándicap: la ley de contratos solo permitiría un 10% como máximo. Si eso es inviable, solo quedaría la rescisión como alternativa.

Pero si se amplía el precio, también lo hará el plazo, para ambos tramos. La previsión oficial no coincide con la que se maneja en la obra, y ahora pasa por tener conectada por autovía las localidades de Figueruelas y Mallén «en el 2022 o más». Ni el Figueruelas-Gallur estará en abril del 2019 como ahora se da por oficial en Fomento, sino que «probablemente estará culminada a finales del 2019 o principios del 2020», ni el de Gallur-Mallén estará en servicio en el 2021, como se dijo en la colocación de la primera piedra.

CASOS SIMILARES // Por plazos de ejecución, de 36 meses en cada uno de los contratos, debería estarlo en mayo del 2020. Pero también el de Figueruelas-Gallur se adjudicó en el 2015, con vista a abrirlo en noviembre de este año y aún está en torno al 40% ejecutado», aseguran las fuentes consultadas, por más que las certificaciones apenas lleguen «al 20%». Ese porcentaje siempre se agiliza porque el movimiento de tierras siempre es más barato que el asfaltado. Pero el mismo trasiego entre la UTE y Fomento a propósito del modificado de la obra se ha dado en ambos casos, planteados meses después de adjudicarse un contrato al que pujaron con un 40% de rebaja en la licitación, ganando a 27 y 30 ofertas, respectivamente.

En el tramo Figueruelas-Gallur la discusión duró hasta febrero de este año. Dos años y medio después de adjudicarse. Se desatascó y se impulsó la construcción de la traza, los accesos, los puentes... Ahora está «a pleno rendimiento» y eso se ve en el contraste con el de Gallur-Mallén.

En este ni siquiera se adivina la traza en algunos puntos de esos 15 kilómetros de obras. Están sin desbrozar y lleno de palos de madera que señalizan por dónde deberán pasar las máquinas. Y será pronto cuando lo hagan porque al menos se están moviendo tierra en otras zonas. Sin embargo, la presencia de operarios hoy es testimonial. Apenas una decena de ellos se encontraban esta semana en ella. Retirando bocas de vertido que serán un obstáculo para las apisonadoras que ya trabajan desde hace tiempo entre Figueruelas y Gallur. O apartando los conductos de plástico que irán en las canalizaciones. O con el drenaje en la zona más próxima al enlace con el otro tramo.

Le falta el impulso que ya tiene el eje de 14 kilómetros que le precede y que está ejecutando la UTE formada por Grupo MLN y Ferrovial Agroman. Este se adjudicó en octubre del 2015 por 41,5 millones de euros pero el plazo oficial para acabarla es hoy el 30 de abril del 2019. Sobre todo después de que el ministerio, que todavía no ha aprobado oficialmente el modificado de proyecto que se le presentó, al menos diera la orden de «continuidad en los trabajos».

Esto es no dar por zanjado el debate sobre el nuevo proyecto y sus costes, pero dar luz verde a avanzar en lo que este incluye para recoger a posteriori las nuevas soluciones técnicas adoptadas. Solo se interrumpe en lo que difieren. Pero al menos no para, que es, más o menos, lo que ocurrió desde el otoño del 2015 hasta «febrero de este año», que es cuando las máquinas empezaron a trabajar a buen ritmo. Hasta entonces, como lo hace ahora la otra UTE entre Gallur y Mallén, «a un ritmo muy por debajo de lo contratado». Entre tanto, problemas con Endesa para actuar sobre líneas eléctricas, conversaciones con los regantes por el desvío de acequias...

Hoy la imagen ha cambiado en estos 14 kilómetros y hay más de 50 operarios trabajando en la ejecución, en múltiples puntos de la traza. Y eso se aprecia con rapidez. Por ejemplo en el futuro puente que se está construyendo en el punto kilométrico 270 de la N-232, donde ya se ha colocado el tablero de hormigón del primer paso superior de los siete que se levantarán y el terreno, ya compactado, dibuja los accesos.

OBRAS EJECUTADAS // En otros tres ya están colocadas las pilonas de hormigón, mientras prosigue la cimentación en el cuarto de los puentes de la futura autovía entre Figueruelas y Gallur. A la altura de La Imperial, se empezará a colocar en breve el segundo de los tableros, y la traza está ya perfectamente definida en sus 14 kilómetros de longitud hacia Gallur. El ritmo de trabajo ya se adecúa a lo contratado pero quedan hitos importantes por superar.

El más complejo llegará cuando finalice la pavimentación de la superficie que ahora aparece llana y compactada, porque se deberá trasladar la circulación actual de la N-232 por esa nueva calzada que discurre en paralelo. Este trazado nuevo se encuentra a ambos lados de la carretera en esos 14 kilómetros, va en unas zonas por la derecha y en otras por la izquierda, y solo a la altura del barranco del Soto irán por fuera ambas calzadas. Será el momento más crítico para saber si se llega a tiempo de verdad.