En verano, quien tiene un pueblo tiene un tesoro. No hay nada mejor que unos días de piscina en el pueblo, con niños jugando por esas calles que en invierno están prácticamente vacías, noches a la fresca hablando con los vecinos y cenas en familia. Por todo esto y mucho más, Aragón es una de las regiones donde más aumenta la población en los meses de julio y agosto.

Según el informe sobre movimientos temporales de población en España y los efectos de población flotante, Aragón se convirtió el pasado mes de marzo en la tercera comunidad donde la población se multiplica en determinadas épocas del año. En primer lugar se encuentra la comunidad valenciana, con un 120,4% de población ocasional sobre la población residente, seguida de Castilla y León con un 105,2% y en tercer puesto, Aragón con un 101,4%.

En este informe se analizan los movimientos temporales de población en España y los efectos de la población flotante tal y como se acordó en la VI Conferencia de Presidentes en enero de 2017. Como población flotante se considera a aquellas personas que a pesar de no estar censadas en un lugar determinado residen temporal o permanentemente en un ámbito geográfico. Durante estos meses, los mayores atractivos son el turismo rural y las fiestas populares.

¿Quién no vuelve al pueblo en cuanto tiene vacaciones? En Allepuz, un municipio de la provincia de Teruel, durante el año residen 126 personas, cifra que aumenta «hasta casi 500» según su alcalde Ignacio Martínez.

La escuela, que el próximo curso contará con siete niños, estuvo cerrada durante dos años y se reabrió en 2015, pero en verano los más de 100 niños que corren por las calles de la localidad, acaparan toda la atención de las actividades. El ayuntamiento realiza una semana cultural desde el 27 de julio hasta el 8 de agosto. «Los voluntarios del pueblo organizan actividades de todo tipo: talleres de manualidades, clases de yoga, charlas, proyecciones» entre otros actos que en invierno no se pueden realizar por la falta de gente pero en esta temporada que dura hasta finales del próximo mes y «se pueden llegar a ver 20 o 30 niños pequeños corriendo por las calles y en torno a 100 jóvenes».

A 24 kilómetros de Huesca se encuentra Salillas, un municipio que no llega a los 100 habitantes, lo que les ha supuesto que en esta legislación tengan que reducir el número de concejales «de cinco a tres» explicó el alcalde Pablo Lecina.

De nuevo vuelve a ocurrir. Las casas cerradas durante el año abren sus puertas, al igual que la piscina, la cual la pueden disfrutar las casi 250 personas que viven en Salillas durante los meses estivales. «La escuela lleva cerrada años, de hecho los últimos que salieron de ella ahora mismo tendrán casi 40 años» destacó Lecina, que explicó que a pesar de que ahora en invierno solo hay cinco niños, en verano se pueden realizar cursillos de verano e incluso se celebran campamentos.

En la Comarca de las Cinco Villas, son muchas las actividades que se pueden realizar con los más pequeños, desde cursillos de natación en pueblos donde de normal no hay colegios y por lo tanto, no hay niños, hasta gimnasia en el agua con lo más jovenes y no tan jóvenes. Lo que demuestra una vez más, que los pueblos más pequeños, son el mejor destino.

De la misma manera, Aragón se sitúa de nuevo con el bronce en cuanto a turismo se refiere, y es que es, por detrás de la Rioja y Extremadura, una de las comunidades autónomas donde con más intensidad ha aumentado el turismo desde 2001 con un 141,9%.