La Policía Nacional detuvo ayer en el marco de la operación Oikos contra los amaños en el fútbol al presidente de la Sociedad Deportiva Huesca, Agustín Lasaosa, y al médico de la entidad, Juan Carlos Galindo. La operación se ha saldado con la detención de seis personas, como el exdefensa del Real Madrid Raúl Bravo, al que la Policía apunta como el cabecilla de la red. La investigación está dirigida por el juzgado de instrucción número 5 de Huesca.

Además de Raúl Bravo, los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional detuvieron ayer a Borja Fernández, capitán del Real Valladolid; Carlos Aranda, exjugador de varios equipos, entre ellos el Real Zaragoza; e Íñigo López, jugador del Deportivo de La Coruña y exfutbolista del Huesca. Por el momento se les imputan tres delitos: pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares y blanqueo de capitales, aunque la investigación sigue abierta.

La operación comenzó a las 8.00 horas simultáneamente en Huesca, La Coruña, Málaga, Valladolid y Madrid. En la ciudad oscense la Policía Nacional se personó en los domicilios de Agustín Lasaosa y Juan Carlos Galindo, que fueron detenidos y a los que se les leyeron sus derechos. Según apuntaron fuentes de la investigación, el médico fue trasladado a dependencias policiales, mientras que la casa del presidente fue registrada por orden judicial con la colaboración del máximo dirigente del club. En un primer momento Lasaosa llamó al consejero Manuel Torres para que fuera su abogado, pero finalmente la defensa correrá a cargo del letrado Pedro Camarero.

Las oficinas del Huesca permanecieron clausuradas y custodiadas por agentes de la Policía Nacional hasta que Agustín Lasaosa, acompañado de las fuerzas del orden, llegó a la sede del club a las 13.13 horas. Salió del coche en el que fue trasladado sin estar esposado, sin hacer declaraciones y con gesto tranquilo.

Entonces comenzó un registro exhaustivo pero que fue rápido, ya que duró una hora y 25 minutos, puesto que Lasaosa no tiene un ordenador personal, lo cual facilitó la labor de los agentes. Una vez concluyó, el presidente azulgrana, que salió sonriendo y de nuevo calmado, fue llevado a dependencias policiales, donde permanecerá un máximo de 72 horas hasta que pase a disposición judicial, lo mismo que Galindo. De todos modos, está previsto que los seis detenidos declaren ante el juez mañana.

Los integrantes de la trama de amaño de partidos de fútbol de Primera y Segunda División desarticulada por la Policía Nacional ayer obtuvieron hasta unos 100.000 euros por cada tongo, según apuntan las primeras estimaciones de los investigadores que ha podido conocer EL PERIÓDICO. Dos son los partidos que pudieron ser amañados, según fuentes del caso: el Huesca-Nástic de Tarragona de la temporada pasada en Segunda División, duelo en el que los oscenses ya venían ascendidos y los tarraconenses se jugaban la salvación, y el Valladolid-Valencia de la última jornada de Primera de la campaña que acaba de concluir.

Los primeros datos con los que trabajan los agentes de la UDEF Central en el marco de la operación Oikos señalan que la organización lograba esos beneficios netos después de pagar a los futbolistas directamente implicados en los partidos. Los jugadores que aceptaron participar en los amaños cobraban «entre 10.000 y 20.000 euros por su participación activa y directa», en función de su caché y la trascendencia que tuviera el duelo en cuestión, según fuentes de la investigación.

EL DETONANTE

Los pagos se realizaban en dos plazos: antes del partido recibían un anticipo en metálico y, una vez cumplido lo pactado, el resto. Estas mismas fuentes explican que algunos de los implicados pudieron ganar más dinero apostando en los encuentros deportivos que ellos ya sabían amañados. Una artimaña que no habrían llevado a cabo utilizando su propia identidad, según fuentes del caso, sino a traves de tipsters o apostadores profesionales.

Entre los investigados figuran también Samuel Saiz, jugador que actualmente milita en el Getafe y que también es exjugador del Huesca; Emilio Vega, que fuera director deportivo del club azulgrana cuando se produjo el supuesto amaño, y Carlos Martín Briones, conocido como Charly y que juega en un equipo de Tercera División de Castilla La Mancha. La policía investiga también la posible participación en la trama de Carlos Caballero, jugador del Fuenlabrada, equipo que actualmente está jugando la liguilla de ascenso a Segunda División. Fuentes de la investigación explicaron que Caballero podría tener negocios fuera del fútbol con Raúl Bravo.

En el caso de los exintegrantes de la disciplina oscense, Samu Saiz declaró en Ibiza, donde se encuentra de vacaciones junto a su pareja, mientras que Emilio Vega fue llamado a declarar y acudió a una comisaría de Córdoba, donde se encontraba ayer. Fue una declaración corta y en la que simplemente fue preguntado por el Huesca-Nástic de la pasada temporada. Una vez prestó declaración, el que fuera director deportivo de la entidad altoaragonesa fue puesto en libertad sin cargos, como él mismo se encargó de anunciar en sus redes sociales personales. Además, según informó El Confidencial, el presidente de la Fundación Alcoraz y consejero del Huesca José Antonio Martín Petón fue citado en calidad de testigo para aclarar, como en el caso de Emilio Vega, qué sucedió en aquel Huesca-Nástic.

La operación policial, bautizada Oikos (que significa casa o comunidad en griego, por el pasado deportivo de Raúl Bravo como jugador en el Olimpiacos) tiene su origen en una denuncia presentada por LaLiga sobre el desarrollo del partido Huesca-Nástic (0-1) de la temporada pasada, disputado el 27 de mayo del 2018. Este encuentro levantó la alerta de dos casas de apuestas, 888 y Unibet, porque repentinamente bajaron las apuestas en favor del Huesca, que ya había subido a Primera División y era favorito. Las apuestas a favor del Nástic se multiplicaron hasta por 14, con dinero ucraniano y chino.

OTROS DUELOS EN LA LUPA

Aparte del Huesca-Nástic y del Valencia-Valladolid, El Confidencial afirmó que, según fuentes cercanas al caso, hubo dos partidos más que pudieron ser adulterados del equipo altoaragonés. Uno es el encuentro de la 36ª jornada de Primera de esta misma campaña, en el que el Huesca terminó certificando su descenso a Segunda después de perder en casa frente al Valencia. En aquel duelo el conjunto che se marchó al descanso venciendo 0-5 y el duelo finalizó con un contudente 2-6 en El Alcoraz.

El segundo choque sería el de la siguiente jornada, la 37ª. El Huesca visitó al Betis en el Benito Villamarín en un encuentro que terminó 2-1 a favor de los verdiblancos con un gol de Joaquín en la última jugada del partido. En los dos partidos, según cuenta el citado medio, se produjeron movimientos extraños y poco habituales en las apuestas.

«Se trata de una trama integrada por futbolistas», subrayan fuentes del caso, que explicaron que para amañar un partido de fútbol «hace falta que estén de acuerdo cuatro jugadores de un equipo, si uno de ellos es el portero o el defensa central, o más de cuatro si el portero no quiere participar». La trama desmantelada ayer apostaba sobre todos los aspectos del juego: saques de esquina, tarjetas amarillas, fueras de juego o penaltis.