El Gobierno de Aragón dejó entrever ayer que el acuerdo definitivo para la instauración de un nuevo modelo de financiación de la Universidad de Zaragoza no está cerca. Al menos, no tanto como creía el rectorado. Así, al menos, se desprende de las palabras pronunciadas ayer por la presidenta del Ejecutivo autonómico, Luisa Fernanda Rudi, que pasó de puntillas y obvió casi cualquier referencia al asunto en su discurso de la apertura oficial del curso académico del campus y se limitó a mostrar su convencimiento de que "el trabajo, no exento de lógicas dificultades, se cerrará a satisfacción de la sociedad aragonesa, a quien servimos y, no lo olvidemos, a la que rendimos cuentas".

No hubo mención al estado de las negociaciones con la universidad, a pesar de que el rectorado consideraba --al menos hasta ayer-- que el acuerdo estaba prácticamente ultimado a falta de detalles e, incluso, podría oficializarse de forma inminente. Sin embargo, no será así. De hecho, fuentes de la Administración advirtieron de cierto distanciamiento entre las dos posturas. "Ellos nos han hecho una propuesta y nosotros otra, pero nada acerca de una fecha prevista para un desenlace definitivo", aseguraron fuentes del Departamento de Hacienda. Precisamente, el visto bueno del consejero, Javier Campoy, parece el único punto pendiente para la aprobación del Plan de Infraestructuras 2015-2020. Todo indica que el modelo financiero, a pesar del optimismo del rectorado, deberá aguardar más.

ASOMBRO

La leve dedicación de Rudi a la financiación universitaria causó estupor en la universidad y fuentes del rectorado admitieron que el aplazamiento de cualquier pronunciamiento positivo respecto a un pronto desenlace había sido un "mazazo" y un "jarro de agua fría".

Y eso que el rector, Manuel López, había optado, esta vez, por no reivindicar el nuevo modelo en su discurso. El máximo responsable de la institución académica aclaró ante los medios que las necesidades de financiación de la institución son "muy obvias" e insistió en que debe ser una "prioridad" para toda la clase política, con el objetivo de que la Universidad de Zaragoza salga reforzada de la crisis y que "la situación difícil que está atravesando no sea consecuencia de males mayores en los próximos años".

Pero el acuerdo no llega. A pesar de que la consejera de Educación, Dolores Serrat, --también presente en el acto de ayer, junto al alcalde Juan Alberto Belloch y el arzobispo Manuel Ureña, entre otras personalidades del mundo académico, cultural y social -- se comprometió a cerrar el acuerdo antes del pasado mes de agosto. La institución académica viene reclamando a la DGA una financiación "estable" después de que el actual Ejecutivo anulara el modelo financiero acordado en la anterior legislatura al considerarlo "inasumible".

Ayer, Rudi se desentendió de cualquier anuncio de un rápido desenlace aunque aseguró comprender las necesidades del campus. "No olvido las diversas demandas que por las dificultades presupuestarias que nos afectan no han podido ser atendidas hasta el momento", indicó justo antes de advertir que "me gustaría haber podido acometer las obras pendientes desde hace muchos años, así como dedicar más recursos a la Universidad de Zaragoza". Pero la presidenta recordó que "si se compara el gasto publico de la comunidad autónoma del año 2013 con el del 2010 no es que no haya subido, sino que ha sido menor en un 18%".