El Gobierno de Aragón ha denegado un total de 176 viviendas de uso turístico (VUT) en la comunidad por no presentar las condiciones adecuadas para alquilar a otros ciudadanos. Este es el balance que ha realizado la administración tras cumplirse, este mes, el segundo aniversario desde que se implantó la normativa.

En estos momentos, hay registradas un total de 769 viviendas de uso turístico, de las cuáles, 502 están situadas en la provincia de Huesca, 134 en la de Teruel y 133 en la de Zaragoza. En tan solo un año, se han adscrito a esta condición 260 viviendas. La tendendia de la distribución este año continúa la línea del 2016 ya que, de las 509 registradas el año pasado, el 67,20% se situaban en comarcas altoaragonesas, el 19,44% en las comarcas turolenses y el 13,36% en comarcas zaragozanas.

El objetivo de este reglamento consiste en que se incorporen al mercado aquellos inmuebles «sometidos al régimen de propiedad horizontal que son cedidos de modo temporal por sus propietario, directa o indirectamente a terceros para su alojamiento turístico, amueblados y equipados en condiciones de uso inmediato».

El secretario de la Asociación de Hoteles en Zaragoza, Jesús Boillos, valoró que la normativa autonómica es «muy adecuada, y que puede ser modélica a nivel nacional. Por ello es necesario su cumplimiento». Este tipo de alojamiento, añadió, debe considerarse como «economía tradicional que ha sido y es bastante opaca, a pesar de los avances que se han producido a través de esta regulación y las actuaciones posteriores por parte del Gobierno».

OFERTA OPACA

Por su parte, los presidentes de Horeca Teruel y Huesca, Juan Ciércoles y Roberto Pac, respectivamente, valoran de forma positiva esta normativa y destacan que lo importante es «actuar dentro de la legalidad y ofrecer condiciones de seguridad».

Según fuentes de la DGA, esta regulación sirve para que los pequeños propietarios de viviendas «obtengan una renta complementaria y hace aflorar una oferta, hasta hace dos años, opaca y fuera de la legalidad».

Estas casas y apartamentos deben cumplir con unos requisitos mínimos en cuanto a la conservación de sus estructuras e instalaciones. Las VUT deben contar con las condiciones de «ser utilizadas por los clientes en el momento de ser ocupadas con todo el mobiliario, cubertería, menaje, lencería y equipamientos inherentes a las mismas».

Las instalaciones deben contar con agua fría y caliente, las fuentes de energía «necesaria para el uso de la vivienda», así como el correcto funcionamiento de la calefacción automática durante la estancia de los clientes.

El Gobierno aragonés estableció que las VUT tienen que ser prestadas al completo y «no se permitirá su cesión por habitaciones, como en el sistema tradicional hotelero».

DECLARACIÓN RESPONSABLE

Para que una casa se convierta en una vivienda de uso turístico, el propietario debe presentar una solicitud en el servicio provincial correspondiente del Departamento de Turismo. «Una vez presentada, el titular puede ejercer la actividad sin esperar a ningún trámite administrativo adicional y la Administración comprobará la declaración responsable».

Para que los inquilinos temporales puedan solucionar las posibles incidencias que se produzcan, los dueños están obligados a estar a disposición del cliente.

Sin embargo, este número de teléfono puede estar presente en los anuncios que pueden publicar, según la regulación vigente, en los medios de comunicación, como si de un hotel se tratara. Además, puede ceder el inmueble a través de agencias de viaje, centrales de reserva y otras empresas intermediarias como las plataformas presentes en la red.

COMPARACIÓN

Con respecto a los servicios que se ofrecen en el alojamiento del sector turístico, se tienen en cuenta cuestiones como la asistencia presencial del cliente durante 24 horas, las medidas de seguridad implantadas, la disponibilidad de servicios complementarios importantes como desayunos y párking. Boillos valoró que los hoteles son «más competitivos que las viviendas».

Este sector cuenta con el añadido de que «se aporta mayor comodidad al cliente, quien queda liberado de realizar la limpieza de la estancia o de limpiar la lencería a modo de ejemplo».