El Gobierno de Aragón no tiene previsto poner en marcha ninguna medida para fomentar la llegada de empresas catalanas que abandonen la comunidad vecina por la crisis política, porque el presidente Javier Lambán cree que no hay que «aprovechar las circunstancias de modo ventajista». «Aragón es una tierra abierta», señaló Lambán a los periodistas durante la inauguración de la nueva planta de Ronal Ibérica en Teruel, y «las inversiones son bienvenidas de donde provengan» pero se ha mostrado contrario a que Aragón aproveche «las circunstancias de modo ventajista».

Horas antes de que se celebrara el pleno, Lambán había vaticinado que si se producía finalmente la declaración unilateral de independencia supondría un «auténtico golpe de Estado» y lo calificó también de «un hachazo a la Constitución y al Estado de Derecho».

El presidente aragonés lamentó que los ciudadanos catalanes sean «las primeras víctimas de la insensatez» y se mostró confiado en que el Estado tome las «medidas oportunas» que en su opinión «parece que es inevitable la aplicación del artículo 155 de la Constitución».