El Gobierno de Aragón va a tener un papel protagonista en la futura Ciudad de la Movilidad que Ibercaja pretende para el Pabellón Puente. Por una cuestión clave de la que, por ahora, el presidente Javier lambán evita hablar pero está latente. La colaboración público-privada implicará financiación del Ejecutivo autonómico y, según ha podido saber este diario, desde hace meses se estima que será «entre 5 y 10 millones de euros». Una contibución a favor de ver renacer el puente de la arquitecta iraquí zaha Hadid el año que viene.

Aunque fuentes consultadas por este diario aseguraron que esta cofinanciación no implica que se vaya a traducir en una aportación económica. Tras diez años sin recibir un euro por la cesión a Ibercaja de la explotación de este puente habitado, se plantea que se pueda realizar sin desembolso económico inicial. Al menos para garantizar la puesta en marcha del proyecto, y a expensas de definir ese «acuerdo de intento de colaboración» que han anunciado las dos partes que se firmará el próximo lunes.

Pocas pistas (y ninguna por los cauces oficiales) se quieren desgranar sobre los costes estimados del proyecto y, dentro de ellos, la aportación de dinero público al mismo, pero fuentes conocedoras de la negociación, que se ha estado llevando durante los últimos diez meses, aseguraron que siempre se ha apuntado a esta horquilla, que representa «una parte importante» del montante global de la operación.

Aunque las fórmulas de hacerlo efectivo no tienen por qué ser en forma de transferencia. Ni siquiera estará obligado a licitar las obras, que todo apunta a que correrá por cuenta del verdadero motor de este proyecto: Ibercaja. ¿Cómo se puede hacer? Son diversas las fórmulas que se barajan, por ejemplo, llegar a un acuerdo con los compromisos económicos que en su día se fijaron por la cesión de este espacio emblemático de la Expo. Solo hay que retroceder ocho años, a junio del 2010, cuando Amado Franco, entonces presidente de Ibercaja y ahora de su Fundación, rubricaba el convenio con Expo Zaragoza Empresarial. Ese apretón de manos significaba la intención de abrir «en el último cuatrimestre del 2012», dijo, el que sería un «museo dedicado a las nuevas tecnologías, la creatividad y la innovación».

Lo más relevante ahora son dos datos. El primero, que esa firma significaba que Ibercaja tendría derecho a su explotación durante 15 años prorrogables a 5 más. Esto significaría que en el 2030 acaba esta cesión. Y siete años de vigencia (o doce) se antojan escasos para este nuevo acuerdo que se pretende firmar. Se ampliará.

El segundo, y quizá más importante, era el compromiso de la entidad bancaria de invertir anualmente 1,5 millones de euros al año para dotarle de contenidos y actividades. Esto se traduce en dos datos a tener en cuenta: en ocho años se le han perdonado 12 millones a Ibercaja y suponían 22,5 en el global de 15 años, 30 si se atiende la prorroga.

Así que el margen de negociación es amplio. Y, más aún, si se tiene en cuenta un dato también relevante. Según ha podido saber este diario, Presidencia está gestionando en solitario esta apuesta por la Ciudad de la Movilidad de Ibercaja, y su consejero del ramo, el nacionalista José Luis Soro, no ha participado ni tiene constancia de lo pactado. Y lo peor, no tiene partida en su presupuesto de este año.