El uso indebido del purín será sancionado. El Consejo de Gobierno aprobó ayer el nuevo decreto que pretende regular la utilización los residuos que genera el ganado porcino y asegurar la gestión sostenible de un sector imprescindible en Aragón que supone el 3,5% del PIB de la comunidad. Desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) aplauden la regulación por la «importante relación que tiene la ganadería con la agricultura» y el papel que juega el sector en la comunidad, en pleno crecimiento y desarrollo.

La normativa establece la necesidad de poner en marcha centros gestores que se encarguen de recoger el purín, transportarlo, analizarlo, almacenarlo y distribuirlo como fertilizante para las parcelas agrícolas. También cabe la posibilidad de que los propietarios de las explotaciones decidan hacer una autogestión de los restos. En este caso, tendrán que adaptar su maquinaria y cumplir con todos los requisitos para que el estiércol resultante no sea contaminante.

El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de Aragón, Joaquín Olona, explicó que con este decreto se pretende que haya garantías medioambientales, asegurando que la gestión del purín sea sostenible y dando, así, respuesta a un problema contaminante por el exceso de nitrato que afecta principalmente a los acuíferos, además de generar emisiones a la atmósfera. «Lo que queremos conseguir es que se sustituya el fertilizante mineral con un gran impacto medioambiental por el orgánico», añadió. Para tener garantías de que se cumple la norma, se ha introducido un régimen sancionador en el ámbito administrativo, hasta ahora limitado al penal cuando se detectaba una infracción in fraganti.

EXIGENCIAS

Una vez entre el decreto en vigor (tiene que ser publicado en el Boletín Oficial de Aragón), que inicialmente iba a aprobarse en diciembre, los centros gestores tendrán la obligación de analizar el valor del fertilizante del estiércol, incluyendo como mínimo su contenido en nitrógeno, fósforo y potasio, acreditar documentalmente las unidades fertilizantes aplicadas a cada recinto, hacer las entregas de estiércol en el plazo máxima de un año desde su aceptación, y prevenir y reducir al mínimo los riesgos para la salud y el animal.

El decreto también regula el modelo de autogestión de los ganadores que apliquen por sí mismo el estiércol como fertilizante. En este caso, tendrán que hacer declaraciones anuales identificando las cantidades aplicadas a cada parcela en cada campaña agrícola, adaptándose a las necesidades de la explotación. También cabe la posibilidad que se opte por una combinación entre la autogestión de una parte del estiércol y la entrega del resto a los centros gestores. Dependiendo de la modalidad, las auditorias de control variarán.

El presidente de UAGA, José María Alcubierre, aplaudió la regulación de los purines por la importancia del sector en Aragón, lo que exige que «se cuiden todos sus condicionantes». Según explicó, «hay compradores internacionales que realizan auditorías medioambientales y es muy importante que hagamos las cosas bien» evitando, por ejemplo, que se haga un uso excesivo del purín en las parcelas por la cantidad de nitrato que llevan.

Según Alcubierre, hay que seguir dando pasos desde el propio sector para minimizar el impacto y corregir los problemas ambientales. Un objetivo para el que ya han dado los primeros pasos, pese a que se esté «demonizando» el sector, lamentó».