Los automovilistas ignoran las recomendaciones y advertencias de los políticos. Lo volvieron a demostrar el domingo pasado. Gran parte de la ciudadanía volvió a hacer oídos sordos a los mensajes de la Administración en los que se alertaba de la ola de frío siberiano que azotaría el norte de la Península, y en los que se recomendaba no circular o hacerlo, si era imprescindible, utilizando cadenas.

Las críticas han llovido desde todos los puntos e incluso se ha apuntado la posiblidad de realizar un cierre de carreteras preventivo. "De ninguna manera se debe cerrar una carretera antes de la nevada, porque nadie lo entendería, y si, encima, después no nieva como estaba previsto, nos acusarían de alarmistas", apunta el jefe de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro.

La solución posterior, añade Navarro, tampoco pasa por cerrar una vía para evitar que aumente el colapso. "No hace falta, ya está parada", explica Navarro. Además los automovilistas empeñados en entrar lo hacen de todas formas y se cuelan por vías secundarias entorpeciendo la labor que están realizando los servicios de emergencias.

LAS NECESARIAS CADENAS "La gente sigue circulando sin cadenas, porque la mayoría no sabe colocarlas o intenta instalarlas en mitad de la calzada, sin apartarse al arcén y cerrando el paso al resto de conductores que transitan por la vía", añade el responsable de la DGT, Pere Navarro.

"¿En qué punto de la carretera organizamos el control de cadenas? ¿Qué hacemos con los que se colarán por las vías intermedias?", reflexiona el responsable de Tráfico.