El acto solemne para celebrar los 40 años de la Constitución en el Congreso se convirtió ayer en la reivindicación de las bondades de la Carta Magna y en el homenaje pendiente al rey Juan Carlos. En el hemiciclo, con la escenografía de gala para las grandes ocasiones, tomaron la palabra Felipe VI y la presidenta de la Mesa, Ana Pastor. En sus discursos, ambos defendieron los ideales con los que se fraguó la Constitución en 1978 y su plena vigencia pese a los desafíos políticos actuales. Para Pastor, la Ley Fundamental no es «un candado» y «se puede reformar», pero con un consenso igual que entonces.

Felipe VI apeló al diálogo para «resolver los desencuentros» y pidió «cumplir» las «decisiones» de los tribunales. Aunque no hizo referencias directas al independentismo catalán, el comentario trajo a la cabeza de algunos diputados la amenaza de Quim Torra de no «aceptar» las sentencias del procés. En su discurso de más de media hora, el jefe de Estado mencionó en varios pasajes que España ha tenido que hacer frente a «hechos muy graves y muy serios» que han afectado a la libertad y a la convivencia durante las últimas cuatro décadas. «Y sin embargo, pese a todo ello, la Constitución y nuestro Estado social y democrático de derecho han prevalecido», declaró.

El Monarca también subrayó que la Carta Magna logró con su «espíritu integrador» no «suprimir la diversidad territorial ni negar la pluralidad». Estas palabras fueron destacadas por el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, que detectó un tono «algo más conciliador» que «en anteriores intervenciones». Pese a todo, su grupo parlamentario no aplaudió el discurso ni tampoco la entrada al hemiciclo de la Familia Real.

En las bancadas, los escaños habían sido retirados y sustituidos por sillas estrechas para que cupieran los diputados, senadores y los parlamentarios constituyentes. En el centro del Congreso, Juan Carlos y Sofía siguieron el acto junto a los expresidentes y los padres de la Constitución. Felipe VI agradeció a su padre el impulso «determinante» a la democracia y el «apoyo permanente» de su madre, unas palabras que arrancaron el aplauso de todos los asistentes, menos de los diputados podemitas.

Tras unos meses en los que el Monarca emérito ha pasado horas bajas por las grabaciones a su examiga Corinna zu Sayn-Wittgenstein y la fotografía saludando al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, Felipe VI decidió reivindicar la figura de Juan Carlos en «aquel periodo trascendental».

En el multitudinario cóctel posterior llamaron la atención la princesa Leonor y su hermana Sofía, que por primera vez participaron en los corrillos, y Mariano Rajoy. El expresidente se mostró relajado por asistir al aterrizaje institucional de Vox desde su retiro político.