Algunos municipios de Aragón han hecho del cierzo que sopla en la comunidad una fuente de ingresos. Otros miran hacia el sol con intención de convertir sus ya de por si dorados rayos en oro. Esto es gracias a la instalación de parques eólicos, una agrupación de aerogeneradores que transforman la energía del aire en electricidad, y de plantas fotovoltaicas, un conjunto de placas que hacen lo propio con la luz del sol. Campo de Belchite, Cariñena, Daroca, Cuencas Mineras y Campo de Borja serán las comarcas que más ganarán con los nuevos proyectos que están en desarrollo.

Uno de los casos más conocidos en Aragón pero también en España es el de La Muela, en Zaragoza. Este municipio posee 500 aerogeneradores repartidos en dos parques eólicos, lo que constituye una de las mayores superficies nacionales y le reporta al municipio unos cuantiosos ingresos. Según el alcalde de este municipio, Adrián Tello, estas instalaciones energéticas aportan cada año al consistorio unos 300.000 euros, lo que supone más de un tercio del presupuesto municipal, que ronda los 800.100 euros. Con esa suma se «pueden financiar parte de los servicios públicos que necesita el territorio». Además, añade, no solo es el dinero sino también otros aspectos como la «tecnología y el desarrollo de empresas».

En un futuro cercano, La Muela no solo sacará provecho del viento, sino también del sol, ya que se instalarán dos plantas solares fotovoltaicas entre su término y el de la vecina Muel. Estos proyectos, que promueve la empresa navarra OPDE, ingresarán otros 300.000 euros más a las arcas municipales. A los nuevos pueblos que acogerán renovables, Tello les recomienda elaborar «un plan estratégico, sobre todo para analizar medidas correctoras del impacto ambiental».

Cañada Vellida es otro ejemplo de los beneficios que aportan las energías verdes. Este pequeño pueblo de Teruel solo tiene 35 habitantes, pero también un parque eólico en funcionamiento que le reporta el 10% del presupuesto local, un porcentaje que se elevará de forma muy notable en los próximos años. Así será porque esta localidad ha sido el lugar elegido por Enel y OPDE para desarrollar, respectivamente, otra instalación de viento y una planta fotovoltaica. Ambas iniciativas fueron declaradas de interés autonómico por el Gobierno de Aragón. Para el alcalde, Miguel Morte, la puesta en marcha en el medio rural de estos activos energéticos es «muy beneficiosa» y «positiva» porque generan «ingresos extra» para el pueblo. El proyecto solar ocupará una superficie de 180 hectáreas y el primer edil confía en que permita crear trabajo para entre 6 y 8 vecinos.

Otro municipio que gana dinero con el viento es Gurrea de Gállego, en la provincia de Huesca, que acoge actualmente cuatro parques eólicos de los que logra beneficiarse tanto por los empleos que proporciona como por los ingresos que genera al ayuntamiento. El alcalde, Carlos Til, calcula que estas instalaciones aportan en impuestos unos 550.000 euros al año, lo que supone un tercio del presupuesto local (1.600.000 euros). Este dinero sirve para que el consistorio tenga más margen para costear servicios municipales. Por todo ello, Til recomienda a los alcaldes de otros municipios con proyectos de renovables que «den todas las facilidades del mundo» a las empresas.

El perfil energético de Gurrea de Gállego se acrecentará en los próximos años, ya que está prevista la instalación de otros tres parque eólicos en este municipio oscense promovidos por Riegos del Alto Aragón, Forestalia y Villar Mir Energía. Esto se debe a que cuenta con infraestructuras de conexión a la red y a la calidad del recurso eólico, con emplazamientos de 4.000 horas de funcionamiento al año que favorecen la rentabildiad de las instalaciones.