Las fiestas del Pilar no son la mejor época para las discotecas de Zaragoza, que durante los nueve días de jolgorio popular trabajan al 50% de su capacidad, según Juan Moles, presidente de la Asociación de Discotecas y Salas de Fiestas.

"Las juergas se hacen en la calle, en los conciertos que se montan en las plazas y en el recinto de Interpeñas, y las discotecas capeamos el temporal como podemos", señala Moles.

Quizá por esta circunstancia, las salas de fiestas se mantienen al margen de la subida generalizada de precios, a menudo de carácter temporal, que experimentan otros sectores hosteleros durante la semana pilarista. "El precio de las entradas es libre y suele oscilar entre los 7 y los 12 euros", explica el responsable de la asociación de discotecas. "Y el Pilar --añade-- no es precisamente el mejor momento para hacer una subida de tarifas, cualquier otra época del año es mejor".

DEJADEZ OFICIAL Para Moles, cuya organización agrupa a 40 establecimientos de Zaragoza y su provincia, "los males del sector de las salas de fiesta no derivan tanto de los actos más o menos gratuitos que se celebran durante las fiestas como del intrusismo que padecen por parte de otros sectores de actividad".

"Los discobares realizan muchas veces el mismo papel que las discotecas, pues presentan espectáculos, cuentan con disc-jockey y gogós y hasta tienen pista de baile", denuncia Moles, para el que la culpa de esta situación la tienen "la dejadez de la administración autonómica y la municipal, que hacen la vista gorda aunque hablan continuamente de ordenar el sector". En su opinión, "las multas por incumplimiento de horarios son un parche que no resuelve el problema de fondo de una desobediencia muy extendida de lo que marcan las ordenanzas".