Hasta los creadores aragoneses se sumaron este año a la alfombra roja de los Forqué. Un photocall que tuvo en la tardía llegada de Penélope Cruz, con un vestido de lentejuelas, la guinda final. Por aquel paseíllo lleno de fotógrafos hubo de todo. Incluso por el previo de acceso al Palacio de Congresos (donde se apostaron las fans de algunos actores, dispuestas a captar y colgar la instantánea en las redes sociales). Una hora y media de idas y venidas entre rostros conocidos, desde el incombustible José Coronado a Brays Efe, actor que interpreta a Paquita Salas, y que lució americana y zapatilla para pasear la sala.

Tras la primera Aragón Fashion Week, la alfombra tuvo hasta su puntito diferente. El departamento de Cultura del Gobierno de Aragón quiso sacar pecho por los diseñadores de la tierra en la obligada pose. Así, el director general de Cultura, Nacho Escuín, se enfundó un esmóquin de Miriam Guillén Doz, con una pajarita de madera artesana de la firma Woodenson (en la que participa el también escritor zaragozano Juan Luis Saldaña). Y la consejera, Mayte Pérez, se sumó, con un conjunto que completó con un clutch de madera de los zaragozanos Urban VicArt, que lució en una foto conjunta con el alcalde de Miami. Hablando de nombres de la tierra, la alfombra vio pasar a Paula Ortiz, con una traje de chaqueta negro, y a Alexandra Jiménez, con un diseño de Pedro del Hierro. Eso, sin olvidar a los aragoneses (u oregoneses) Marisol Aznar y Jorge Asín, que derrocharon sonrisa como marca de la casa. Y también a Javier Fesser (que sí, no es aragonés, pero sí tiene parte genética de Mallén), con el equipo de Campeones, o a la actriz Macarena Gómez y el empresario Aldo Comás, que tampoco lo son, pero que desde empezaron a construir su primer túnel de viento en Zaragoza se pasean mucho por la capital.

Ella, con un traje rojo rematado en plumas, y él, con gafas de sol incluidas, accedieron a una sala que vio diseños para todos los gustos. Otra Macarena --García, en este caso-- se llevó la palma para algunos al estilismo de la noche con un traje de transparencias. Los esmoquin, para ellos y para ellas, y los amarillos (como los que lucieron Marta Sánchez y la propia Elena Sánchez, presentadora de la gala), marcaron tendencia. Más allá de los chicos de OT, cuyos nombres ya se le escapan a algunos cronistas de generación EGB.

Por allí también estuvieron el presidente de Aragón, Javier Lambán, que acompañó a Enrique Cerezo, que ayer dejaba apartado el fútbol para ejercer como presidente de EGEDA (la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), que organiza estos premios. Tampoco faltó el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, como representación institucional frente a los focoss.

En cuanto a toques de la tierra, también los hubo en los kit de prensa, con la entrega, en cada uno de ellos, de un cachirulo serigrafiado por Enrique Lafuente (el Baturro Bizarro oficial), con versiones de motivos de la tierra (desde un jotero espía a un César Augusto resurgiendo de un guante de boxeo). Un obsequio para todo un ejército de informadores que llenaron la sala de prensa. Esa por la que fueron pasando uno a uno los premiados, nada más recoger el galardón, para ir brindando sus primeras impresiones y cumplir con la reglamentaria pose con el premio.

Además de triunfitos, hubo rostros veteranos del mundo del cine en el photocall, como Imanol Arias, José Coronado... O José Frade, en posición de premiado, en esta ocasión.

Más allá de la locura del photocall (que lo es, hasta el punto de recurrir al ibuprofeno, en estos casos), también había mucho que comentar. Productores, cineastas, actores y músicos de la tierra, escritores, empresarios... La noche de los Forqué se disfrutaba a pie de pista, más allá de lo que ocurriera frente a los focos. Allí también hubo una ambientación de cine. Concretamente, con trajes de película de la sastrería de Cornejo, que ya estuvieron en la Feria de Muestras de Zaragoza este otoño, y que hicieron cobrar vida al mismísimo Jon Nieve o a los Piratas del Caribe.

Se acercaba la hora del inicio de la gala y el acceso a los asientos o a la sala de prensa. La noche de los Forqué prometía. ttambién la postfiesta en el Hiberus. Pero eso ya es otra historia. Con mucho premio de por medio.