Lejos de lo que pueda parecer, no todos los riders de Zaragoza quieren ser dados de alta en el Régimen General. La mayoría de los repartidores de Deliveroo, menos numerosos que los de Glovo, aseguran que un cambio en este sentido les haría «cobrar menos» y les llevaría a otro modelo «igual o más precario», el implantado en cadenas «como Telepizza, Domino’s o Burger King». Por su parte, la gran mayoría de glovers sí reclaman dejar de ser «falsos autónomos» y priorizan la «estabilidad» y «la protección» del Régimen General ante una fórmula que por, por ejemplo, penaliza a los repartidores que rechazan pedidos y que, en definitiva, impide gestionar de forma autónoma su jornada laboral. El debate, sin embargo, va mucho más allá de las preferencias de los riders. «Aquí se trata de cumplir la ley, no de elegir; uno es lo que es», subraya la abogada zaragozana Carmen Esteban.

En este sentido, la Inspección de Trabajo ya censuró en la capital aragonesa este modelo laboral en el acta de liquidación levantada en julio del año pasado contra Glovo, a la que le reclamó 380.000 euros por el pago de las cotizaciones sociales atrasadas de 326 repartidores. Una actuación que está pendiente de juicio. «Si el juez va en línea con la Inspección, la empresa debería darles de alta y devolver todo lo que adeuda desde que empezaron a trabajar», apunta Esteban. La autoridad laboral ya detectó con anterioridad otros 55 falsos autónomos de Deliveroo en la ciudad.

Actualmente, en Zaragoza hay unos 300 riders con cuentas abiertas en Glovo aunque de forma activa solo trabajan unos 120. En Deliveroo operan en torno a 40, mientras que Uber Eats es la firma menos implantada en la capital aragonesa aunque va creciendo poco a poco.

«Todos los que estamos en Glovo querríamos entrar en Deliveroo, pero hay una competencia brutal», sentencia Manuel, un rider zaragozano de 28 años. Según explica, una diferencia importante entre ambas empresas es que Deliveroo no resta puntos si rechazas pedidos. «Además, si un cliente te puntúa mal en Glovo tienes que hacer un montón de pedidos para recuperarlos y que te abran franjas de trabajo amplias», lamenta el glover.

A este respecto, hay que tener en cuenta que Deliveroo no cuenta con tantos riders en Zaragoza, por lo que el trabajo se reparte entre menos. «Como no dejan entrar a tantos es mucho más fácil sumar una jornada semanal de 40 horas en Deliveroo porque en Glovo estamos muchos y la empresa juega con eso», explica un glover de 34 años de origen nicaragüense, que apunta que cuando tienes el máximo de puntos, algo «casi imposible», te dejan trabajar hasta 13 horas al día. «Si no cumples te van quitando horas hasta dejarte con tan pocas que no puedes sumar un jornal; es como cuando a los esclavos les castigaban sin comer», lamenta este rider, que tiene dos hijos.

Según fuentes del colectivo, la mayoría de los repartidores de Deliveroo son españoles, mientras que en Glovo los de origen extranjero «ganan por goleada». «Entrar en Deliveroo es muy difícil», insiste Manuel, que apunta que, de media, cobra unos 2.000 euros brutos al mes por trabajar entre 8 y 10 horas cada día (habría que restar el pago de autónomos y la gasolina).

Por todo ello, la mayoría de los glovers quieren pasar al Régimen General, frente a los de Deliveroo, que quieren seguir siendo autónomos. «Si la empresa tiene que pagar más a la Seguridad Social a nosotros nos bajaría el pago por pedido, que actualmente se sitúa de media en los cinco euros», asegura un repartido de Deliveroo que lleva casi dos años en la firma.

«Prefieren seguir siendo autónomos porque hay riesgo de que acaben con el modelo de Telepizza: con muchos jóvenes con contratos de 35 o 50 horas al mes», indica el rider de origen nicaragüense, que apunta que con tan pocas horas no podrían vivir solo de ese trabajo.