Europea convencida y practicante, recalca antes de que se le pregunte que no es estudiante del programa Erasmus. Fue ella misma la que decidió soltar amarras y venir a mejorar su español. "Elegí Zaragoza y no Barcelona porque allí establecen como requisito el catalán. Y estoy contenta con la elección. Me gusta la mezcla que hay aquí de gente joven y mayor". Doraine ha apreciado reticencias entre sus compañeros españoles a salir al extranjero: "Yo no me conformaría con quedarme en mi país a echar raíces. Los españoles comienzan a apreciar las virtudes de conocer otras culturas. Hasta ahora han tenido una especie de velo que les ha hecho ignorar lo que hay fuera de sus fronteras".

Interesada en los asuntos económicos y sociales, asiste con preocupación al ascenso en las recientes municipales de Francia del Frente Nacional, el partido de Marine Le Pen, autodenominada "eurorrealista", que encuentra a los inmigrantes culpables de la crisis que asola a buena parte de Europa: "En Francia crece la tensión social. La gente está harta y la Unión Europea ya no está tan bien vista como antes. Los franceses de segunda y tercera generación tienen sentido de pertenencia al país, pero también conservan sus culturas. Y tienen el mismo derecho porque han estado trabajado toda su vida", recalca.

También encuentra defectos en la construcción europea: "Draghi debería establecer mayor control sobre los bancos para que la liquidez llegase a los pequeños empresarios y las economías se reactivasen. Tendría que profundizarse en el mercado interbancario. La Unión Europea sería más efectiva con más poder".