J. S. M. contrató el 27 de octubre un servicio de preasignación automática de Auna y un contrato de telefonía móvil Amena. Desde entonces, y a fecha de hoy, no ha podido llamar desde su móvil, debido a que el aparato entregado estaba defectuoso y ninguna oficina, teléfono de contacto o comercio se hace responsable del cambio. Este mes ha enviado un fax a Madrid solicitando la baja y que la operadora no le cargue las facturas mensuales del consumo mínimo no realizado o un móvil nuevo. Por ahora no ha recibido contestación.

J. A. C. se ha sobresaltado al recibir la última factura de Telefónica, con fecha 4 de febrero. Sin saberlo, accedió el pasado 19 de noviembre a una página de internet de tarificación adicional. Ahora, la operadora le exige 85 euros por llamar a un 906, que seguramente se produjo al bajar de la red un programa informático. Aunque, según el desglose, son cinco las veces que contactó en sólo un día. Tras la indignación, ha decidido restringir las llamadas a estos servicios, porque ya no está seguro de por dónde navega.