La reapertura del Canfranc (un paso internacional transpirenaico cerrado hace más de 30 años) pareció revivir en la cumbre hispano-gala del 2002 en Santander, donde los gobiernos acordaron poner en marcha la recuperación de la línea. Pero sólo un año después, en Carcasona, Francia echó por tierra las aspiraciones aragonesas al aparcar esta actuación, que no interesa al Gobierno galo, pues no ve clara su rentabilidad. Ayer, los dos Ejecutivos vincularon esta obra a la del Vignemale, pues ambas compartirían trazado en buena parte del trayecto, lo que según fuentes de Fomento sería un aval serio para el Canfranc. Entendieron que la existencia de la línea del túnel de baja cota facilitaría después una inversión en la reapertura. Además, si el proyecto se lleva a una relación bilateral Gobierno español y francés y regiones de Aragón y Aquitania, se podrían buscar fórmulas financieras y de explotación para el viejo túnel, incluso mediante concesiones a la iniciativa privada.