Ecologistas en Acción valoró como «una auténtica barbaridad» que una sola instalación empresarial pueda generar por sí sola el 64% de las emisiones empresariales de gases de efecto invernadero. Pero tampoco lo ven sorprendente.

Para Paco Iturbe, de la oenegé, el caso de Aragón es «muy curioso» en el panorama energético estatal. «Fue una potencia en energía alternativa, y teníamos potencial en el sector empresarial, sobre todo de la energía eólica». El ecologista sostiene que «Aragón podría autoabasterse, al menos en un 90% o un 95%, de energía limpia, y curiosamente, es ejemplo de todo lo contrario, con una energía térmica que se exporta a otros territorios».

Para la oenegé, la comunidad es uno de los territorios que más ha sufrido la desinversión en energías renovables y las políticas aplicadas en los últimos años, como el impuesto al sol, tanto en puestos de trabajo como en investigación.

Bastante de acuerdo con las concluiones del Observatorio de la Sostenibilidad, Ecologistas en Acción apostaría por la eliminación de la energía térmica, con un horizonte temporal realista que permitiera transformar los puestos de trabajo, incluso en el mismo sector de la energía, dado el «potencial» que tiene Teruel en sectores como la biomasa. Pero con el actual modelo, sostiene Iturbe, los fondos para reorientar la producción energética acaban yendo a cualquier sitio menos a su fin original.

Y bajo la excusa de mantener el empleo, considera, las compañías eléctricas mantienen una producción que contribuye a encarcer el mix energético y generarles más beneficios.

Otro aspecto que destaca el informe es el abuso español de la compra de derechos de emisión. Estos permiten comprar a países que no llegan a cubrir su cuota asignada de polución una parte de lo que les correspondería. Lo que para Iturbe pudo ser una «buena idea», para ir modificando el modelo energético sin sanciones, se ha pervertido. Así se llega a la compra del derecho a emitir 42 millones de toneladas a Polonia, a euro la tonelada.