El uso de internet y las redes sociales, la crisis económica y una juventud con un concepto distinto de la propiedad son los principales desencadenantes del auge de la economía colaborativa, una forma de entender el consumo que está ganando cada día más adeptos en Aragón. Compartir, prestar, alquilar e intercambiar se han convertido en verbos que se están haciendo un hueco en la sociedad y en la economía tras una larga etapa marcada por el consumismo desbocado. Bancos de tiempo, empresas dedicadas a compartir vehículos, taxis, alojamientos, mercados de trueque y un sinfín de iniciativas han surgido en los últimos años con un potencial de crecimiento muy notable.

"La generación que ahora tiene menos de 30 años ha crecido compartiendo intangibles gracias al auge de internet y prefiere la libertad a la propiedad", asegura Javier Creus, fundador de Ideas for change. Esta es la base de la incipiente revolución social y económica, que algunos expertos vaticinan que darán origen a nuevas maneras de relacionarse, intercambiar, y monetizar habilidades o bienes.

En Aragón son varias las empresas (homecompartia.com, truecalia.com, taxisostenible.com, movesimo.com, entre otras) que apuestan por este nuevo modelo, porque "el ámbito de actuación es muy amplio y abarca muchos sectores", dice la directora de Conversaciones de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), Cristina Monge, aunque "se ha registrado una mayor subida en los últimos años".

CAMBIO DE MODELO Este cambio de mentalidad preconiza disfrutar de las cosas sin que ello suponga hipotecarse económicamente. Así, los jóvenes "prefieren gastarse el dinero en el último smartphone que en otro bien material, porque ese dispositivo supone tener la llave al coche, al ocio y a un apartamento sin necesidad de tener que comprarlo", afirma Creus.

En definitiva, detrás de esta economía abierta y colaborativa hay activos disponibles, pero "infrautilizados" como coches, bicicletas y apartamentos. Este hecho permite disfrutar de ellos sin desembolsar un coste excesivo y ello, a juicio de Creus, supondrá un "cambio" en la forma de entender el mundo, que obligará a grandes compañías a "virar 15 grados" para adaptarse.

Creus presentó Pentagrowth (Pentacrecimiento) en un encuentro internacional de economía colaborativa, celebrado en París, en el que recoge las 50 compañías que han crecido más del 50% cada año entre el 2008 y el 2012. Facebook, Twitter, Spotify, Bla Bla Car, Coachsufring, Wikipedia o Ebay son varios ejemplos. Su conclusión es que el crecimiento de las firmas "tiene mucho que ver con su posicionamiento en internet y con la economía colaborativa y abierta". Así, se concluye que compartir empieza a desplazar al competir.

Un claro ejemplo de ello es el crowdfunding (búsqueda de financiación, el crowdsourcing (herramienta para externalizar tareas y trabajos mediante el uso de comunidades masivas profesionales) el coworking (oficina compartida en la que trabajan profesionales de varios sectores) y préstamos P2P entre particulares.

GRUPOS DE CONSUMO Además, existen los llamados grupos y cooperativas de consumo, una forma de consumo colaborativo y responsable que se constituye como alternativa a los actuales canales de distribución de productos. Son grupos de consumidores que reclaman productos de calidad, a buen precio, producidos cerca del lugar donde se van a consumir (de proximidad), directamente del productor sin pasar por intermediarios y de temporada.