El cierre de las principales carreteras que llevan a Bagdad para proteger a los convoyes militares de los ataques de la insurgencia afecta ya al aprovisionamiento de las fuerzas desplegadas en el oeste de Irak. Fuentes militares estadounidenses informaron de que, desde el domingo, todos los campamentos de la Primera división de marines "han comenzado a racionar los alimentos".

El portavoz de esa división, el teniente general Eric Knapp, reconoció ayer en Ramadi que "en algunos campamentos sólo se sirve una comida caliente al día". Denise Ruiz, responsable de comedores de la base de Ramadi, que acoge a 1.200 marines, afirmó que todavía no se han apurado las reservas y que precisamente se pretende evitar que se agoten las provisiones.

MENOS MUNICION Según informó Ruiz, durante la semana pasada la base no recibió aprovisionamiento de alimentos. Sin embargo, un alto responsable de la coalición, que se mantuvo en el anonimato, negó que los suministros se hayan visto afectados por el corte de carreteras. "El nivel de reparto ha vuelto a la normalidad después de una ligera baja hace dos semanas, sobre todo de municiones", subrayó el responsable.

Desde el inicio de la revuelta shií, los convoyes militares constituyen los blancos preferidos de la insurgencia y para eliminar esta amenaza, las autoridades de la coalición cerraron el sábado las autopistas que unen Bagdad con el norte, el este y el sur del país y bloquearon la que lleva a Faluya (oeste) a la altura a Abu Gharib, a 20 kilómetros de la capital iraquí.

ACUERDO Precisamente, en la sitiada Faluya, un representante de la coalición anunció un acuerdo con los responsables locales para reducir la tensión. El pacto pasa por patrullas conjuntas con las fuerzas de seguridad iraquís, una amnistía para quienes entreguen las armas pesadas, el libre acceso a los hospitales y disposiciones para poder enterrar a las víctimas.

Y mientras la tregua parece consolidarse en Faluya, tropas estadounidenses se enfrentaron ayer con partidarios del líder shií Moktada Sadr en Kufa (centro) y en el barrio bagdadí de Sadr City, feudo de las milicias radicales. También en Bagdad, un obús de mortero impactó contra la Embajada de Suecia, país que no tiene tropas en Irak.

UN PERIODISTA MUERTO Un periodista de la televisión iraquí y su chófer resultaron muertos ayer por los disparos de soldados estadounidenses en Samarra mientras filmaban una base estadounidense. El cámara resultó herido, informa la agencia France Presse .

Sigue en punto muerto desde el sábado la crisis de los rehenes. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, recibió ayer en Roma al ministro de Exteriores de Irán, Kamal Jarrazi, para dialogar sobre los tres italianos aún secuestrados. El asesor internacional de Berlusconi, Gianni Castellaneta, regresó de una gira por Qatar, Irán y Siria.