El PSOE aragonés cerró ayer su fase de renovación autonómica. Gran parte de los sectores críticos han quedado integrados en la nueva ejecutiva. El objetivo marcado para los próximos meses es el de validar su gestión al frente de la DGA en las próximas elecciones y aumentar su presencia en ayuntamientos, comarcas y diputaciones. Para lograrlo los hasta ahora enfrentados líderes estatal y autonómico -Pedro Sánchez y Javier Lambán- enterraron, al menos de forma pública, el hacha de guerra que ambos blandieron durante las primarias sucesivas en lo que llamaron un ejercicio de lealtad. «Tienes todo el apoyo de la ejecutiva federal para volver a tener un gobierno socialista y de izquierdas en Aragón», indicó el antaño repudiado líder del partido.

Esta sintonía recién adquirida en lo político quedó manifiesta en sus opiniones sobre la crisis institucional catalana. Los dos dirigentes abogaron por un frente común constitucionalista para frenar «la imposición» de las autoridades independentistas, ahora en manos de los tribunales. Un aspecto con el que Sánchez no se mostró especialmente cómodo. «La única solución al desgarro social que vive Cataluña por el secesionismo es la vía política y no la vía penal», defendió.

Sánchez destacó que el PSOE ha sido la única fuerza política «que ha sabido estar donde tenía que estar desde que comenzara la crisis», en una referencia crítica a la posición de Podemos, a los que no citó. También hubo reproches a la gestión del PP. «Quien no sabe gobernar la diversidad del país difícilmente sabrá gobernar en España», aseguró.

REPRESENTACIÓN TERRITORIAL

Por su parte, Lambán recurrió de nuevo a los lazos históricos de Aragón con Cataluña para reclamar una reforma de la Constitución en la que se transforme España en un «país federal de verdad». El cambio se tendría que concretar en la conversión del Senado en una cámara de representación territorial. Y apeló a la memoria de intelectuales como Manuel Azaña o Antonio Machado para «desprenderse de las visiones franquistas» que a su juicio empañan algunas defensas de la unidad estatal. «Si les queremos decir que no se marchen les tenemos que hablar bien de la casa en la que se tienen que quedar», resumió.

El dirigente autonómico cerró filas con la aplicación del 155 acordada entre el PP, el PSOE y C’s. «Ese ejercicio de responsabilidad lo están desarrollando de forma admirable», aseguró.

El líder estatal de los socialistas consideró que ante la reforma del pacto del 78 es necesario «incorporar la voz de las nuevas generaciones» para desarrollar «un nuevo marco de convivencia». Así, además de los cambios territoriales pidió que se aseguren derechos como el de la asistencia sanitaria, al considerar que en la actualidad únicamente son «prestaciones».

Volviendo al independentismo catalán, Sánchez insistió en que el PSOE «ha sido la única formación que ha comprendido que España es plural y diversa». Por eso, en su renovado discurso progresista, consideró que en la causa secesionista «no existe ninguna bandera de izquierdas».

Amparado en la recién firmada tregua con el que fuera adalid de Susana Díaz en las pugnas internas, el responsable estatal de los socialistas alabó la gestión de la DGA citando logros como la reapertura de escuelas rurales o la puesta en marcha de una ley contra la pobreza energética.

DESPOBLACIÓN

La lluvia amarilla de Julio Llamazares se coló para ejemplificar el reto del envejecimiento y la despoblación rural en la comunidad. Sánchez cargó contra el PP por acrecentar la brecha social añadiendo «la discriminación al mundo rural».

Lambán también pasó lista a las medidas impulsadas por el Ejecutivo. Y destacó que no cambiará en los próximos meses a los consejeros actuales -«son magníficos», ensalzó- y realizó un guiño a CHA, con los que forma coalición, al considerar que se benefician. «Ellos cada vez son más socialdemócratas y nosotros más aragonesistas», consideró.