"El alud me arrastró de quince a 20 metros. La sensación de que la nieve te va llegando a la cintura y te va enterrando es difícil. Pero somos profesionales que debemos asumir el riesgo. Porque el riesgo cero nunca existe en la montaña". Así se expresaba ayer el guardia civil que participó en el equipo de salvamento y se vio sorprendido por una avalancha. "El recorrido a pie era largo, pero no era una zona potencialmente peligrosa. Lo cierto es que todo se ha quedado en un susto", añadía tras comprobar que no sufría lesiones. Este accidente viene a demostrar de nuevo el talante y el trabajo que llevan a cabo los miembros de los grupos de rescate de la Guardia Civil. "Es cierto que esta profesión la llevas dentro y que te involucras personalmente con tu trabajo", afirmó. "Antes de salir sabes los riesgos que vas a asumir y piensas en tu familia y en muchas cosas, pero hay algo que te obliga a salir". La jornada de ayer fue muy dura para los cinco hombres que partieron en busca de los dos montañeros. "La ventisca era, el viento pegaba fuerte, nevaba y la visibilidad era muy escasa". Pero lo hicieron. Y hallaron los cuerpos. Como ellos dicen, "cumplimos con nuestro trabajo"