El centro, que cumplió su décimo aniversario en el 2007, se ha convertido en el referente comercial del Actur. De hecho, su fuerte integración en el barrio le ha aportado clientela fija y eso le está permitiendo mantener el tipo. Actualmente, una veintena de sus 145 locales están vacíos, siendo la tercera planta, la dedicada al ocio y la restauración, la más golpeada por la crisis. En los últimos meses, por ejemplo, han cerrado el pastafiore o el pans&company, aunque recientemente se ha instalado una pizzería. Algo complicado, tal y como reconoce la gerente del centro, Susana Betrán: "Es difícil captar nuevas enseñas en estos momentos, aunque esperamos que la llegada del tranvía traiga nuevos clientes". Durante el 2012, el complejo, que recibe 14 millones de visitas al año, ha registrado un "ligero descenso" de ventas y de visitantes. "Habrá que esperar a que pase el 'boom' de Puerto Venecia, porque desde que abrió hemos notado que la afluencia ha caído", señalan en una tienda de videojuegos. Como en el resto de centros, la crisis también ha provocado que se apliquen políticas de alquiler más competitivas.