Esperanza Vázquez no tiene problemas para llegar a final de mes, pero la pérdida de poder adquisitivo que ha tenido que afrontar en los últimos años ya le han obligado a apretarse el cinturón. «Antes siempre me iba un mes de vacaciones a un apartamento o un hotel; ahora voy a casa de unos familiares que tienen casa en Galicia y eso que me ahorro», explica esta «aragonesa de adopción» de 67 años, que es una de las impulsoras de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones en Aragón.

Vázquez asegura que está harta de que las políticas económicas del PP «se ceben siempre con los más débiles». «A mí, por ejemplo, el medicamentazo que impuso en el 2012 hizo que mi gasto mensual subiera 20 euros», critica Vázquez, que hasta su jubilación trabajó en la administración pública como personal laboral.

Por todo ello, no acaba de creerse las promesas que ha realizado Mariano Rajoy esta semana. «Me parecen una engañifa; si ahora quiere mostrarse más preocupado por todo esto es por las protestas que estamos protagonizando los pensionistas en toda España», asegura.

La jubilada también ha decidido movilizarse para denunciar la situación de muchas viudas, «uno de los colectivos más afectados». «Yo, si no tuviera pensión propia, estaría cobrando menos de 600 euros al mes; con eso no se puede vivir», lamentó.

Como miles de jubilados en España, ella también ha tenido que echar una mano en algún momento puntual a alguna de sus tres hijas debido a la falta de estabilidad laboral, por lo que sabe que los ajustes en las prestaciones no afectan solo a los jubilados. «Hay muchas familias que logran pagar todas sus facturas gracias a la pensión de los abuelos», advierte Vázquez. R. L. M.