-Una encuesta atribuye a su candidatura el 0,8% de los votos.

-Tengo claro, y se percibe en el ambiente, que el PAR no solo va a entrar en el ayuntamiento, sino que va a ser decisivo. Desde luego, hay mucha gente desencantada y espero que la centralidad que aporta el PAR convenza a esos votantes decepcionados de otros partidos que han girado demasiado a la derecha.

-¿Les puede pasar factura el hecho de que el PAR lleve ocho años sin representación en el ayuntamiento?

-No. La ciudad de Zaragoza ha seguido siendo una prioridad en todas las políticas que hemos promovido desde el Gobierno de Aragón y otras instituciones, con lo cual muchos de los proyectos estratégicos puestos en marcha en esta ciudad llevan el sello del Partido Aragonés o hemos participado en los gobiernos que han hecho cosas ilusionantes.

-¿Qué lección ha aprendido el PAR de su larga ausencia de la corporación municipal?

-Nacimos con un fuerte arraigo rural y tenemos que volver a recuperar el discurso urbano y ya llevamos un tiempo haciéndolo, hablando a los zaragozanos con ilusión acerca del futuro, con energía, con pasión y, sobre todo, con estrategia. No presentamos un programa electoral al uso, sino un programa disruptivo, moderno, que ha contado con profesionales y esos aragonials que se han incorporado a nuestra candidatura y que son los jóvenes aragoneses nacidos en este milenio.

-¿Qué papel podrá desempeñar el PAR tras las elecciones?

-Vamos a ser decisivos. Volveremos al ayuntamiento siendo decisivos. Ese es el resumen claro de lo que puede pasar el día 26.

-¿Cuántos concejales esperan?

-Yo no hablo de concejales. Hablo de ilusión, de participación, de atraer a los desencantados, al voto joven que acude por primera vez a las urnas, a todos los que luchan por esta comunidad y sienten pasión por Zaragoza y Aragón. Y esto solo se hace desde el aragonesismo centrista y moderado que representamos.

-¿Cómo marcará el PAR su territorio ante dos fuerzas similares como el PP y Cs?

-Es que no competimos por el mismo espacio. Esas dos fuerzas han girado muchísimo a la derecha. El PP, con el afán de captar votos a Vox, se ha radicalizado y Rivera, en busca del liderazgo de la derecha, también se ha derechizado. Y el centro ha quedado huérfano en España, aunque no en Aragón, donde nosotros representamos el centro aragonesista. Además, no debemos pleitesía a los partidos nacionales, por lo que nos opondremos a cualquier política involutiva que quiera reavivar el trasvase del Ebro o aspire a recentralizar competencias que tiene esta tierra.

-¿Valoró el PAR la posibilidad de concurrir con el PP, como en otras elecciones?

-En las locales nunca se ha hecho, se rechazó por unanimidad. Solo en las generales.

-¿Cuáles son los puntos del programa electoral que lo distinguen de otros partidos?

-Muchísimos. Entre otras cosas, no es un programa setentero, en blanco y negro. Lo que busca es recuperar esa Zaragoza a todo color, como dice nuestro eslogan. En primer lugar, queremos liderar la industria de la sostenibilidad, con el agua, la eólica y la fotovoltaica. Que no renuncie a ser la primera ciudad europea con toda su flota pública de autobuses eléctricos a medio plazo. En segundo lugar, planteamos la revitalización del escenario urbano, con pequeñas intervenciones que transformen Zaragoza en una ciudad bonita. Hay que invertir en los barrios y especializarlos. En la zona del AVE, queremos poner un parque tecnológico; en la del CaixaForum, acabar con esa cicatriz y crear una zona cultural; hacer un barrio deportivo en San José; y en el centro, en el Casco Histórico, crear un espacio Erasmus para universitarios europeos que podrían ser los antiguos juzgados, con grados tecnológicos e innovadores.

-Choca que no promuevan la extensión de las líneas de tranvía.

-Zaragoza no terminó de pagar la faraónica obra del tranvía norte-sur y la broma costó 400 millones de euros. No se puede abordar una segunda línea sin haber pagado la primera. Lo que proponemos es un sistema este-oeste abordable, una línea de autobús con vehículos de gran capacidad y bajas emisiones, de hidrógeno o eléctricos, y con prioridad semafórica. Y la segunda apuesta es aprovechar las infraestructuras del Cercanías, que están infrautilizadas, con pequeñas intervenciones y aumentando las frecuencias, las paradas y la capacidad de la estación de Goya.