Era una promesa electoral del PP y a punto de concluir la legislatura la ha cumplido, aunque con polémica. A partir del próximo 1 de enero, los 347 trabajadores del Consorcio Aragonés Sanitario de Alta Resolución (CASAR) se integrarán en el Servicio Aragonés de Salud. "Los pacientes solo notarán el cambio por el logotipo de la bata de los profesionales", indicó el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, tras la aprobación de esta ley de lectura única en un consejo extraordinario celebrado ayer. De hecho, a efectos del ciudadano, se mantendrá la cartera de servicios.

"Sentido común y justicia", indicó el consejero para justificar esta integración, que afecta a los cuatro centros de este consorcio que presta asistencia sanitaria especializada en Jaca, Fraga, Ejea y Tarazona. Dos premisas que no comparten sindicatos y otros miembros de la Administración pública, que considera que en muchos casos esta medida no atiende a criterios "transparentes" por dotar de un estatus laboral determinado a trabajadores que en su día accedieron a su empleo --en algunos casos-- en unas condiciones distintas al resto de empleados públicos. De hecho, la integración no ha sido sencilla al haber hasta doce tipos de contratos diferentes.

El Ejecutivo autonómico insistió ayer en que se adapta a la ley e integra de forma "justa" a los empleados después de haber mantenido numerosas reuniones con agentes sociales y representantes de los trabajadores. Sin embargo, tanto algunos sindicatos como miembros de la propia Dirección General Función Pública del Gobierno de Aragón ponen reparos a esta ley de integración.

PLAZAS A EXTINGUIR

De este modo, el personal laboral con contrato indefinido (186 personas en los cuatro centros de la comunidad) se incorporarán al Salud ocupando "plazas a extinguir" con carácter también indefinido y con vigencia hasta que estas personas las abandonen por jubilación o baja voluntaria. Este personal no adquirirá la condición de empleado público, que únicamente podrán conseguir si superan las correspondientes pruebas selectivas que en su caso convoque la administración pública. Por tanto, ninguna de estas plazas saldrá a oposición ni habrá concurso de traslados.

Además de este bloque, 84 interinos y 34 puestos correspondiente a comisiones de servicio, miembros del Salud que trabajaban en el CASAR y altos directivos se integrarán en el Servicio Aragonés de Salud con la misma vinculación que tienen hasta ahora y en los mismos centros. Y los 33 profesionales contratados por el Ayuntamiento de Jaca antes de 1994 pasarán a ser personal laboral fijo del Salud con la posibilidad de participar en futuras convocatorias de estatutarización si así lo desean. El motivo, haber sido contratados con anterioridad por una Administración pública.

Según el Ejecutivo autonómico, los profesionales "van a salir ganando", puesto que al integrarse en los servicios correspondientes a su especialidad en el hospital de referencia (Barbastro, Huesca y Hospital Clínico de Zaragoza), "ganarán en conocimiento de casos y participarán en las sesiones clínicas del resto de compañeros", con lo que "adquirirán mayor destreza y experiencia".

Respecto a la prestación de la asistencia, las modificaciones se han hecho "promovidas y a instancias de los jefes de servicio, contando antes que nada con la seguridad del paciente". Aproximadamente 120.000 personas son usuarias de estos centros sanitarios.