El viento, el sol, la tierra, la nieve, el enclave estratégico... Los intangibles, en definitiva, se han convertido en grandes diamantes en bruto para la creación de empleo en Aragón. Lo saben en los municipios del valle del Ebro, pero también en las tierras del Moncayo, el Pirineo y el Bajo Aragón. Todos quieren aprovechar las principales materias primas de la región para apuntalar un medio rural castigado por la despoblación y polo de atracción de Zaragoza.

Sin embargo, en los últimos meses son varios los proyectos que han encendido la llama de la esperanza en localidades como Escatrón, que antes de diciembre del 2020 albergará 10 plantas fotovoltaicas (cinco más se levantarán en Chiprana y otras 3 en Samper de Calanda). Para su construcción se necesitarán más de 600 personas, aunque luego el empleo se reducirá a dos o tres personas por proyecto. Este municipio de poco más de mil habitantes vive ligado a la energía desde mediados del siglo pasado. La central térmica cerró, pero ahora son las renovables y una central de ciclo combinado las que han cogido el testigo. Además, hace apenas unos días, Repsol anunciaba la compra de esta última instalación a Enel Viesgo, hoy con una actividad muy baja y con una plantilla de 40 trabajadores que se ocupan sobre todo de tareas de mantenimiento.

Cambio de tendencia

La tasa de paro de Escatrón es del 15,6%, pero alcanzó el 22% en el 2012. «Hemos estado siempre entre los dos o tres municipios con más desempleo de Aragón», reconoce su alcalde Juan Abad, que confía en que estas iniciativas constituyan «un cambio de tendencia». Para ello se ha firmado un convenio con Ignis y Cobra (promotoras de las 10 plantas fotovoltaicas), que permitirán obtener bonificaciones fiscales si se contrata a personal de la zona que cumpla con el perfil. «Hemos facilitado la dirección de correo electrónico para quien esté interesado», no solo en el sector energético sino para cubrir vacantes en sectores como restauración u hostelería, señaló el edil.

Hacia el paro cero

Pero si un municipio encarna el tirón de los grandes sectores industriales de Aragón este es Épila. El efecto tractor del automóvil está aumentando la contratación en la industria por el tirón de Opel España. Además, se esperan crear alrededor de mil empleos nuevos en el 2022 de la mano del grupo alimentario Guissona (serán unos 4.000 en el 2025). Al igual que Escatrón, Épila ha reducido en casi siete puntos su tasa de paro desde 2012, gracias al crecimiento de la economía aragonesa a partir del 2014.

Su alcalde, Jesús Bazán, tiene claro, sin embargo, que la formación es la piedra angular del futuro de la zona. «Es muy importante formar a quienes están en paro y a otras personas para que puedan trabajar en proyectos como el de BonÁrea», aseguró. Y aunque todavía es pronto para aventurar cifras, Bazán confía en alcanzar el nivel de «paro cero» y que crezca la población activa. Los vientos de cola de la economía regional, sus intangibles y la formación son, sin duda, las grandes bazas de Aragón.