Que el gasto sanitario aumente por encima del PIB es consecuencia tanto de los elevados costes de los avances e innovaciones tecnológicas, como del mayor uso de las prestaciones por parte de una población "que confía en la capacidad del sistema" y del envejecimiento de la población. Los mayores de 65 años suponen 3,7 veces el consumo sanitario de los menores de esa edad.