La cultura española soporta el IVA más alto de toda Europa. Gran Bretaña es el que más cerca se queda de España, ya que aplica un 20%, pero hay otros países con los que la diferencia es mucho mayor. En Francia, Hollande redujo el IVA cultural a un 5,5% (Sarkozy lo había situado en el 7%) mientras que en Alemania la tasa se sitúa en un 7%. En Italia, los espectáculos teatrales, el cine, la ópera y el circo cuentan con un IVA del 12% (era de un 10% hasta el pasado mes de julio). En otros países como Portugal, la cultura tiene un IVA del 13%, mientras que en Irlanda es del 9%, igual que en Grecia o Finlandia. El impuesto en Austria es del 10% y en Luxemburgo del 3%. Un caso especial es el de Holanda que actualmente tiene un IVA cultural del 6% gracias a las demandas del sector ya que el Gobierno tuvo que dar marcha atrás a una subida similar a la española porque se dio cuenta que, lejos de conseguir el efecto deseado, se produjo el contrario porque se retrajo la asistencia de público.

Una de las denuncias de la cultura en España cuando se subió el IVA en 13 puntos porcentuales (del 8 al 21%) es que es una medida discriminatoria con el resto de países por lo que atenta al principio de igualdad. Es por eso que diferentes asociaciones han mostrado su intención de denunciarlo ante la Unión Europea.

En Aragón, ha habido varios actos de protesta contra esta subida del IVA y contra la situación del sector en general, canalizados por las asociación + Cultura que engloba a la mayor parte del sector. El pasado 30 de mayo, alrededor de cien personas salieron a la calle para clamar contra el "ninguneo" al que se está sometiendo al sector y pedir que se ayude de una forma decidida a la cultura, que aportaba hasta antes de la crisis cerca de un 3% del PIB.