Fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) manifestaron ayer su "disgusto" porque el Gobierno en funciones ha cargado sobre ellos la mentiras sobre la autoría del atentado del 11-M. Estas fuentes indicaron que el Ejecutivo saliente se ha aprovechado de un informe inicial de situación para justificar su mala política informativa y su intento de mantener la autoría de ETA hasta la jornada electoral.

El malestar entre los responsable del CNI se debe tanto a las presiones políticas desde la Moncloa como por la posterior manipulación de los análisis de situación que aportaron al gabinete de crisis. Fuentes conocedoras de lo que ocurrió en la jornada del 11-M señalaron que el director del centro, Jorge Dezcallar, tuvo que reconocer en un primer momento la desorientación sobre la autoría y llegó a ofrecer su dimisión.

Con el paso de las horas, el CNI aportó información más depurada y realizó sucesivas notas para el presidente José María Aznar. Pero, los expertos dudan de que la nota que fue desclasificada anteayer por el Consejo de Ministros sea auténtica. No cuenta con el sello de clasificación como confidencial, reservada o secreta. Tampoco figuran los signos de fiabilidad de las fuentes.

Personas relacionadas con el análisis de la información que emite el CNI para los organismos gubernamentales señalan incluso que ese documento desclasificado por el Gobierno pudo haber sido redactado y registrado con posterioridad y por conveniencia política. El CNI ha desarrollado un papel de primera línea en el análisis del vídeo en el que Al Qaeda reivindica el atentado. Antes del 11-M, detectó un viaje a Marruecos de un mando de los servicios secretos de Sadam Husein.