Los principales problemas a los que tiene que hacer frente el sector de las terrazas y los veladores son las limitaciones que marca la estacionalidad y las exigencias del Ayuntamiento de Zaragoza a la hora de instalar mesas, sombrillas, toldos y cualquier otro tipo de estructura en la vía pública. "Cada propietario paga por temporada un canon por cada mesa que coloca. Se intenta apurar al máximo entre abril y octubre, aunque los meses buenos sólo son hasta junio y a partir de septiembre. En julio y agosto, el calor disuade a los clientes", explicó Montaner.

Otra de las principales quejas de los hosteleros se refiere a las limitaciones del área de Urbanismo para instalar mobiliario y estructuras semifijas en la calle. "Una forma de luchar contra el viento y el frío en abril y mayo es colocar estufas, como en algunas ciudades europeas y españolas, pero no lo consienten".